Las dos profesoras impulsoras del proyecto.. David Arranz/Ical
Educar en valores es necesario y posible si se sabe cómo hacerlo y se tienen las pautas necesarias. Es una tarea que debe implicar a todas las áreas y a todas las asignaturas que se imparten en un centro educativo y no sólo a las aparentemente destinadas a este fin como pueden ser la Ética, la Educación para la Ciudadanía o la Religión.
Un ejemplo de cómo esta importantísima tarea puede llevarse acabo se encuentra en el proyecto docente ‘Somos iguales, aunque diferentes’ del Colegio Salesiano San José de Salamanca. Su idea ha resultado premiada en el concurso de Proyectos Docentes para la Prevención de la Violencia de Género de la Dirección General de la Mujer, una de las iniciativas promovidas por la Consejería de Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León dentro de su IV Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres que comenzó a desarrollarse en el año 2007 y que se extenderá hasta el próximo 2011.
La coordinadora de igualdad del centro, Cristina Rodríguez, señala que decidieron desarrollar el proyecto porque desde el Colegio Salesiano San José creen que “es fundamental transformar las estructuras sociales, culturales e ideológicas actuales basadas en relaciones desiguales entre mujeres y hombres, y este proceso debe centrase especialmente en los espacios de socialización, los espacios donde se aprende a construir una identidad de género según los roles y valores que socialmente se dan a ‘ser mujer’ o ‘ser hombre’. Y uno de estos espacios es, sin duda alguna, la escuela”.
La coordinadora de la ESO, Gloria García, resalta cómo “este proyecto permite a estudiantes de diferentes edades visualizar las desigualdades patentes entre hombres y mujeres, reflexionar acerca de ellas, y buscar posibles soluciones para lograr la normalización de la igualdad”. Pero no sólo es una tarea del centro educativo, la familia y el entorno más próximo al alumno influyen de manera decisiva en su percepción de la realidad.
Las coordinadoras explican cómo “cuando se les pregunta en clase cuántos de ellos hacen la cama cada mañana, tan sólo tres o cuatro levantan la mano, y cuando se les pregunta por qué en algún caso responden que su madre dice que ella es la que se encarga de las tareas de la casa”. En estos casos es cuando la concienciación debe reforzarse especialmente.
En el colegio la realidad social parece volverse ‘ideal’, las entrevistadas describen los grupos de amigos generados en clase como “grupos muy heterogéneos que realizan actividades de lo más diverso, no es extraño encontrase algunas chicas jugando al fútbol en el patio, incluso no existen estereotipos ni predominios de género en los distintos roles del centro como pueden ser los delegados y las delegadas del aula entre los que se encuentra el mismo número de alumnos que de alumnas”. Por este motivo ven necesarias este tipo de actividades que resultan de lo más participativo por ser novedosas, crear otro clima de trabajo y escaparse de las dinámicas habituales de estudio.
El título del proyecto ‘Somos iguales, aunque diferentes’ surgió, como indica Cristina Rodríguez, de la necesidad de “dejar patente que desde el momento del nacimiento todos los ciudadanos, independientemente de su género, se benefician de los mismos derechos o pueden llegar a experimentar los mismos sentimientos, pero sin embargo son diferentes, y en esa diferencia es donde se encuentra la riqueza del ser humano”.
El premio obtenido, 10.000 euros, se destinará a la puesta en marcha de este proyecto que el centro desarrollará entre el 25 y el 27 de febrero del próximo año, coincidiendo con la ‘Semana de los valores humanos’ que el colegio realiza por tercer año consecutivo. El primer año “se dedicó a la violencia en general, el racismo, la xenofobia… y en la segunda edición se trató el tema del medio ambiente, un aspecto que instauró una importante tarea de responsabilidad entre el alumnado porque hoy en día continúan reciclando en las aulas”. Algo que espera que vuelva a suceder con el tema de la igualdad de género.
El proyecto docente asignatura por asignatura
No parece nada fácil sensibilizar acerca de la violencia de género desde asignaturas tan dispares como las Matemáticas, la Biología o la Educación Física, pero ‘Somos iguales, aunque diferentes’ lo ha hecho posible. Dentro del proyecto se presentan diversos materiales y recursos didácticos repartidos por las diferentes asignaturas, como son “películas, textos, gráficas, imágenes, juegos, campañas publicitarias, canciones…”.
A través de estas herramientas, que permiten impregnar dinamismo en las clases, se busca “estimular la capacidad de escucha, favorecer la autoestima de chicos y chicas, crear espacios de reflexión o responsabilizar por igual a todos los alumnos en las diferentes tareas que se les encomienden, aunque puedan resultar propias del género contrario”.
¿Y cómo se consiguen estos objetivos, por ejemplo, en la asignatura de Educación Física? Ésta es la actividad propuesta por el Colegio Salesiano San José. Se prepara la participación de los alumnos “en distintos juegos tradicionales como la soga, la comba, el ‘pati’, las carreras de sacos o las sillas, y después se reflexiona sobre cómo se han sentido participando en algunos juegos que en principio son más escogidos por un género en concreto pero en los que pueden destacar tanto chicos como chicas”. En Música la actividad propuesta es que los alumnos analicen la letra de la canción de la artista Bebe titulada ‘Malo’ o que completen en inglés algunas palabras de ‘Always’ de Bon Jovi, que trata sobre una relación tempestuosa. Otra de las materias aparentemente alejada de los valores humanos son las Matemáticas. En este caso las diseñadoras del proyecto se han basado en “el análisis de distintas tablas de datos provenientes del Instituto Nacional de Estadística, por ejemplo una que indica la evolución de la representatividad de la mujer en el Parlamento Europeo u otra que indica la evolución del acceso de la mujer a los estudios superiores durante los últimos 20 años en España”.
Durante la clase de Informática se pide a los participantes que localicen a través de internet “instituciones de ayuda, colaboración, recursos que existen en Castilla y León y también localmente, para ayudar a personas que sufran o estén en riesgo de sufrir situaciones de violencia, maltrato… después deberán diseñar un díptico o tríptico de información, que sirva de publicidad para dar a conocer las ayudas, propuestas u organismos que existen y cómo trabajan”.
Para Biología se ha diseñado un panel en el que los alumnos deberán colocar las diferencias físicas que separan a hombres y mujeres con el fin de que el profesor pueda explicar cómo “estas diferencias son necesarias para la reproducción del ser humano y cómo, a pesar de ser distintas en la forma, persiguen el mismo objetivo”.
El uso indebido del lenguaje sexista es uno de los aspectos que se analiza en las rama de Lengua, así los alumnos pueden reflexionar sobre cómo “en lugar de hablar de ‘derechos del hombre’, puede hablarse de ‘derechos del ciudadano’, o comprobar como en textos de no hace mucho tiempo ‘la doctora’ era la mujer del doctor”.
Los roles tradicionales en función del género son el tema que se propone debatir durante las asignaturas del área de Ciencias Sociales, y en Plástica observar las técnicas empleadas y recursos artísticos en las campañas de malos tratos a la mujer “para que los alumnos creen sus propios carteles publicitarios con campañas contra la violencia y en pro de la igualdad real entre hombres y mujeres, y la paz”.
Por último, la Religión, la Ética y la Educación para la Ciudadanía, cuentan en este proyecto con actividades alternativas y complementarias. En el caso de la Religión se aproxima a los estudiantes a las realidades de las mujeres en las distintas creencias y sociedades para “ofrecer a los estudiantes la posibilidad de ampliar sus conocimientos y visiones de la situación de la mujer en el mundo”. En la asignatura de Ética se propone la visión y el análisis de la película ‘Te doy mis ojos’ de Icíar Bollaín, y durante la polémica materia de Educación para la Ciudadanía se sugiere el estudio de noticias sobre casos de situaciones de violencia contra las mujeres.
Los otros centros premiados
En la categoría de centros concertados, además del primer premio del Colegio Salesiano San José de Salamanca dotado con 10.000 euros, también resultó galardonado con el segundo premio el Colegio San José de Palencia por el proyecto ‘Cuerpos diferentes, igual persona’. Este segundo galardón, valorado en 5.000 euros, diseña diversas actividades que se extienden al ámbito familiar.
Por otra parte, en la categoría de centros públicos, el primer premio recayó en el Leopoldo Cano de Valladolid por el diseño del programa ‘Contar para vivir en igualdad’, que incluye la realización de un cine forum o diversos encuentros con investigadoras en materia de igualdad de oportunidades.
El segundo premiado fue el instituto Fray Diego Tadeo del municipio salmantino de Ciudad Rodrigo, cuyo proyecto titulado ‘Prevención de la violencia de género’ propuso la representación de obras de teatro entre los alumnos o la lectura de libros sobre la materia.
Elena Hernández/ Ical. Salamanca
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