Wilson Rivera, el ecuatoriano que el martes evitó un crimen machista en Barcelona, no tiene ya cuentas pendientes con la justicia. Pero está fichado. Le constan seis antecedentes policiales. Uno de ellos, curiosamente, por violencia machista. Hace dos años, el hombre fue denunciado por una mujer que le acusó de maltratarla. Él lo niega. Pero la Generalitat estudia ahora si le concederá o no la medalla al mérito policial que le prometió tras su valiente actuación.
El héroe ecuatoriano, de 37 años, fue acusado por su pareja en un par de ocasiones. Según el relato de la mujer, le infligió malos tratos físicos y psíquicos. Vecinos del bloque de pisos donde Rivera y su mujer viven de alquiler explicaron ayer que las discusiones entre la pareja son constantes, y que a él "se le iba la mano" en alguna ocasión.
Un juez dictó incluso una orden de alejamiento, que Rivera quebrantó. Sin embargo, no llegó a ingresar en prisión. Fuentes judiciales no pudieron precisar ayer si llegó a ser condenado por aquellos hechos.
"Una cosa es que te denuncien, y otra que sea verdad. Aquello fue la venganza de una mujer", explicó Wilson, molesto porque se hayan aireado sus antecedentes.
El suceso que le ha hecho popular ocurrió el martes por la mañana. Wilson observó cómo Jesús María P. A. -que ayer ingresó en prisión provisional sin fianza- apuñalaba en plena calle, junto a la Sagrada Familia, a una mujer rusa que ya ha sido dada de alta. Le lanzó una barra de hierro y, junto a otros dos hombres, logró neutralizar al agresor.
J. G. B.
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