La fiscalía ha pedido a un Juzgado de San Vicente del Raspeig que decrete la apertura de un juicio oral contra un empresario al que acusa de acosar sexualmente a su asistenta doméstica en la vivienda familiar y en una panadería que regentaba.
La mujer estuvo de baja como consecuencia de esta situación durante dos meses en el año 2005, aunque el procesado, J.C.P., le dio de baja en la Seguridad Social antes de que se reincorporara a su puesto de trabajo.
Según fuentes de la acusación pública, los casos de supuesto acoso sexual en el trabajo rara vez llegan a juicio, bien porque las víctimas renuncian a denunciar los hechos por miedo a perder el empleo o bien por la dificultad de reunir pruebas suficientes contra los sospechosos.
Según la Fiscalía, la trabajadora presuntamente acosada por J.C.P. comenzó a trabajar para él el 13 de diciembre del 2004 como empleada de hogar. Desde entonces, y en repetidas ocasiones, el hombre se le insinuó, le puso «caras lascivas» y se desnudó delante de ella.
Incluso, siempre según la Fiscalía, le ponía «sobres llenos de dinero encima de la tabla de planchar». En febrero del 2005 llegó a decirle: «Pase usted a la habitación y acuéstese conmigo si quiere». Situaciones similares se dieron cuando la trabajadora comenzó a limpiar en un horno de Mutxamel.
La víctima fue indemnizada por su despido improcedente, pero sufre un «trastorno adaptativo, ansiedad y depresión» que han requerido tratamiento psiquiátrico.
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