La joven Marta del Castillo, asesinada presuntamente por su ex novio, es la tercera víctima mortal de la violencia machista en lo que va de año, según los datos estadísticos del Ministerio de Igualdad.
La Policía ha detenido ya a cuatro personas en relación con la desaparición y muerte de Marta del Castillo, cuyo cadáver buscan en el río Guadalquivir desde hace tres días.
El primer caso de violencia machista con víctima mortal ocurrió el 5 de febrero en Parla (Madrid), donde una ecuatoriana de 25 años falleció apuñalada por un ecuatoriano con el que presuntamente mantenía una relación.
Con esta muerte se rompió el periodo más largo sin víctimas de violencia machista de los últimos diez años, ya que no se registraban fallecimientos por este motivo desde el 29 de diciembre de 2008.
Posteriormente, el 10 de febrero, una mujer de 30 años murió igualmente apuñalada, presuntamente a manos de su marido, quien, después de cometer el crimen, se arrojó por una ventana y resultó herido muy grave.
El suceso tuvo lugar en el domicilio familiar del Barrio de Los Pajaritos, de Sevilla.
La víctima había presentado dos denuncias por malos tratos contra su pareja, la última de ellas en verano de 2008, aunque no existía ninguna medida judicial de protección.
EFE
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La impunidad en los casos de 'bullying'
Hace 8 años
1 comentario:
Se acaba de conocer el motivo de la desaparición de Marta del Castillo: su ex novio la ha matado. Seguramente creyó estar tremendamente enamorado. Seguramente pasó horas sin dormir preguntándose cómo recuperarla y entendiendo imposible esta tarea decidió que si no era para él no sería para nadie.
Al conocer la noticia me ha venido a la mente una historia contada por Nancho Novo en su divertidísima obra “Sobre flores y cerdos”.
Nanxo cuenta la historia del amor infinito de una madre a su hijo y cómo éste, al convertirse en adulto se enamora perdidamente de una dama. Tanto, que le asegura ser capaz de hacer cualquier cosa por conquistarla. Ella promete corresponderle pero su entrega no será gratuita. Sólo lo hará si lleva ante ella el corazón de su madre. Alentado por la idea de ver cumplido su deseo, abre con un cuchillo el pecho de su madre y le arranca el corazón. Mientras camina excitado con él en sus manos para ir a entregárselo a su amada, tropieza y cae al suelo. Con torpeza nerviosa busca en la oscuridad de la noche el órgano extraido del pecho materno y al fin lo encuentra. Lo sujeta con suma delicadeza entre sus manos y cuando lo está limpiando del polvo y hojarasca adherido por la caida oye la voz de su madre que dice: “hijo mío, ¿te has hecho daño?”
Ese es el verdadero amor, el de esta madre hacia su hijo. Lo demás es posesión. El novio de Marta no la amaba, quería la escritura de propiedad de Marta. ¿Cuántos creemos amar cuando sólo queremos poseer? Este sentimiento que todos experimentamos, es, llevado a su extremo, el culpable de la violencia machista. Haríamos muy bien en revisárnoslo.
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