La Fundación Surt, de Barcelona, ha desarrollado esta investigación, elaborada en el marco del proyecto GVEI (Gender Violence Effects Indicators- Indicadores de los efectos de la violencia de género), de carácter bianual (2007-2009) y financiada por la Comisión Europea a través del II Programa Daphne para combatir la violencia contra los niños, los jóvenes y las mujeres.
GVEI ha sido coordinado por la Fundación Surt y ha contado con la participación de la Unidad de Estudios de Género de la Universidad de Tartu (Estonia), el Centro de Estudios de Mujeres Milly Villa de la Universidad de Calabria (Italia) y la unidad de Estudios de Mujeres y Género de la Universidad de Oulu (Finlandia).
La investigadora catalana Mar Camarasa, junto con la presidenta de la Fundación Surt, Fina Rubio, y la coordinadora de mediación e interculturalidad de la misma entidad, Sira Vilardell, han presentado hoy en rueda de prensa en Barcelona el estudio, que se dará a conocer mañana públicamente en una conferencia a la que asistirá el director de la representación de la Comisión Europea en la ciudad condal, Manel Camós.
Fina Rubio ha indicado que la crisis económica incrementó en un 50% las demandas de ayuda en los últimos tres meses del pasado año en la fundación que dirige, que en 2008 atendió a 1.300 mujeres, de las que el 23% habían padecido violencia, aunque otro 8% no quisieron denunciar ni hacer pública su situación de maltrato.
Ha calificado de "innovadora" la investigación de Camarasa, ya que, hasta ahora, los 'medidores' para conocer las consecuencias de la violencia machista se habían centrado en aspectos como la seguridad pública o el impacto físico y psicológico de las mujeres que la padecen, aunque "la violencia de género no sólo afecta a la salud de las maltratadas, sino al conjunto de su vida", ha argumentado.
Mar Camarasa ha precisado que añadiendo algunas preguntas más a la Macroencuesta sobre violencia contra las mujeres o a la Encuesta Nacional de Salud que realiza el Gobierno español se facilitaría el conocimiento de la situación real en la que se encuentran muchas mujeres que padecen o han padecido violencia machista.
La investigadora ha considerado que las consecuencias en el ámbito laboral, con ausencias, bajas, cambios o pérdidas de empleos y paro son efectos habituales de la violencia de género en las mujeres, por lo que las políticas deberían contemplar medidas de sensibilización en las empresas.
A nivel económico, padecer violencia supone, a su juicio, un deterioro de la situación económica para muchas mujeres y, de rebote, también para sus hijos, sobre todo cuando las víctimas carecen de ingresos propios.
Por lo que se refiere a los efectos sobre la participación social de las mujeres, a menudo la violencia provoca su aislamiento, debilita sus relaciones e incrementa el riesgo de exclusión social, por lo que "habría que definir nuevas estrategias y herramientas para evitar esta situación y restablecer los vínculos personales".
En la vivienda, el impacto de la violencia "es enorme", ha asegurado Mar Camarasa, ya que los abandonos suelen ser forzados y la pérdida del domicilio habitual comporta afrontar la búsqueda de un nuevo espacio para la mujer y sus hijos e incluso los padres, con la dificultad añadida de asumir nuevos gastos de vivienda.
El estudio también ha detectado "obstáculos importantes a la hora de acceder a los recursos legales" por parte de las mujeres que padecen o han padecido violencia machista, y que muchas verbalizan estas dificultades a la hora de denunciar.
La autora propugna "mejorar las intervenciones desde el ámbito jurídico, lo que podría suponer un aumento de la motivación de las mujeres que padecen violencia de género a la hora de iniciar un proceso legal contra su agresor".http://www.observatorioviolencia.org/noticias.php?id=1643
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