Una mano para romper el silencio ante el abuso. Ése es uno de los beneficios que otorga la Red Social Macrodistrital de Prevención contra la Violencia, que estructuró el municipio paceño para que las víctimas de las agresiones la desenmascare.
La red surge como impulso de la Unidad de Género de la Dirección de Derechos Ciudadanos del gobierno municipal. La responsable de la Unidad, Roxana Biggeman Zaconeta, destacó que, en coordinación con la Fundación La Paz, se puso en marcha la campaña “Si amas a tu familia, demuéstralo sin violencia”.
Esta iniciativa está vigente en cuatro macrodistritos paceños: San Antonio, Cotahuma, Max Paredes y Periférica, donde ya el año pasado se iniciaron los cursos de capacitación para los vecinos, quienes ayudarán a promover esta iniciativa contra la violencia.
La responsable de la Dirección de Derechos Ciudadanos, que forma parte de la Oficialía Mayor de Desarrollo Humano del municipio, Patricia Velasco, aseguró que ese trabajo conjunto busca amplificarse a cada macrodistrito para promover conductas de prevención.
No sólo se trata de un conjunto de acciones que dejen la semilla de la no violencia en los hogares de esos macrodistritos: “También se le quiere dejar en claro a esa señora que no puede dejarse agredir y que el agresor quede impune. Se aclara que tiene ayuda para no estar sola al denunciar y que se dé cuenta que no sólo los golpes son violencia”.
Uno de los objetivos de la campaña de la red social es que la gente entienda que la violencia no sólo son los golpes físicos y los malos tratos que dejan marcas en el cuerpo, el maltrato también es la humillación y el insulto.
Biggeman identifica como un paso para llegar a la violencia física la ofensa y el insulto, que son socialmente aceptados y no reconocidos como una agresión contra un integrante de la familia.
“Incluso son parte de los mimos y relaciones entre las parejas, en algunos casos, o a los hijos, a quienes se los minimiza por ser menores de edad”, entonces explica que al ceder ante esas manifestaciones peyorativas, es fácil pasar a los golpes.
Si se permite que entren en la cotidianidad, vendrán luego los golpes. Pero la mujer calla, no sólo por un miedo inherente a las agresiones por parte, mayormente, de su pareja, sino porque es un efecto inmediato de la dependencia económica, ya que ellas temen perder el sustento para sus hijos, debido a que muchas son amas de casa. La Coordinadora de la Mujer, en 2007, dio a conocer un informe que plantea que siete de cada 10 mujeres sufría algún tipo de abuso, ya sea físico, psicológico o sexual. El diagnóstico fue hecho a 2.985 encuestadas y registros de denuncias, de 15 a 65 años, en La Paz, El Alto, Cochabamba, Santa Cruz y Tarija, y las poblaciones de Patacamaya, Villa Tunari, Concepción, Riberalta, Monteagudo y Yacuiba.
Según el reporte, los principales agresores son concubinos, 44 por ciento; esposos, 39 por ciento, y 17 por ciento, otros familiares. El insulto, celos, infidelidad, gritos y amedrentamiento son reconocidos por 35 de 100 víctimas.
Los datos fueron obtenidos con registros de brigadas de Protección a la Familia, con 12.367 denuncias, Servicios Legales Integrales Municipales (SLIM) —ahora Plataformas Integrales del municipio—, con 9.672 casos de ese año, y diferentes organizaciones no gubernamentales, que presentaron 11.501 casos.
Puesta en marcha
El trabajo inicial de la red fue capacitar a dirigentes de los barrios de esos macrodistritos, 210 personas fueron las designadas para comenzar a propagar la información y las claves de la campaña.
“A partir de ellos, se diseñaron las acciones para llegar a todos los vecinos. Por ejemplo, propusieron que se repartan boletines y trípticos en las ferias dominicales de los mercados, porque la afluencia de amas de casa era dominante y porque es el día que más asisten”, la medida fue un éxito, ya que luego las caseras propusieron que, bajo la misma estratégia, se acceda a mensajes audiovisuales y otras formas de información.
Biggeman explica que, entre las acciones, se considera que esos dirigentes capacitados lleguen a sus vecinos mediante charlas y ferias realizadas, por ejemplo, en subalcaldías.
Entre los puntos que resaltan para las charlas está el romper el silencio. “En los acercamientos de los capacitados a la población se recalcan algunos puntos para reconocer situaciones que pueden desembocar en violencia, por ejemplo, el consumo de alcohol”, es así que en los cuatro macrodistritos se distribuyó información en paneles sobre el control en el consumo de alcohol en las fiestas folklóricas de los diferentes sitios de Cotahuma, Periférica, Max Paredes y San Antonio.
La red posibilita dar a conocer que los Servicios Legales de las Plataformas tienen equipos multidisciplinarios —abogados, médicos, trabajadores sociales y psicólogos— que indican cada paso y que dan seguimiento a la situación de las víctimas y ayudan a que la agresión no se repita.
Abuso psicológico es el más practicado
La línea 136 es una línea telefónica gratuita a la que la población puede contactarse cuando quiere denunciar actos de violencia intrafamiliar. Hasta diciembre del año pasado, 2.800 denuncias llegaron a los teléfonos de esa institución pidiendo ayuda en casos de este tipo de violencia.
De esos casos, al menos 1.200 fueron contra menores de 12 años, quienes sufren no sólo violencia física, sino también psicológica, que es el tipo que más se practica en nuestro medio.
La jefa de la Unidad de Género de la Dirección de Derechos Ciudadanos del gobierno municipal, Roxana Biggeman, observó que ésa es una falencia de la idiosincrasia en nuestro medio: “Se asume que violencia sólo está ligada al maltrato físico. Lo peor es que la violencia psicológica está socialmente aceptada”, porque además es un tipo de agresión que no deja evidencias expuestas ante el entorno, como lo son los moretes, en el caso de los golpes.
Los operarios municipales de esa entidad reciben la dirección del escenario donde se está dando esta situación y, en un coche, se apersonan para rescatar a la víctima. La mayoría de los casos rescatan a menores de edad que están siendo abusados por adultos familiares con los que conviven. Un informe de 2007 de la Coordinadora de la Mujer develaba que de cada 100 mujeres, 13 por ciento opinaba que esas agresiones deben ser resueltas fuera del hogar y consideraba que la denuncia y la privación de libertad son necesarios para detener la cadena de abusos.
Lo delicado era que informaba que 17 de cada 100 de esas víctimas admitían que sus hijos ya no son afectados por los hechos agresivos, debido a que aprenden a vivir en violencia.
Un albergue temporal
Si bien la infraestructura del lugar es adecuada para atender hasta 25 menores de edad que sufran algún tipo de violencia, también socorrió a mujeres abusadas. Se halla en la calle Chuquisaca de la zona Norte de La Paz. El espacio permite que quienes hayan sido rescatados, puedan permanecer hasta máximo 24 horas en el lugar para contar con la ayuda necesaria, por ejemplo, la psicológica.
Dentro de los tipos de violencia, si bien la más cotidiana es la psicológica, el informe de la Coordinadora comunica que 13 de cada 100 víctimas admiten haber sufrido violencia sexual. Pero esa cifra se eleva a 17 cuando se plantea que tanto la sexual como la psicológica van de la mano al momento de la agresión.
Biggeman recalca que el hecho de la campaña no sólo está destinada a proteger a la inminencia de la agresión, sino a no permitir que ésa se prolongue a los hijos, ya que puede generarse una cadena inconsciente que reproduzca esas relaciones en la siguiente generación.
Algunos datos sobre las agresiones
210 personas fueron capacitadas para promover e informar sobre los beneficios de la campaña de la red social.
4 macrodistritos forman parte de la prevención: Cotahuma, Max Paredes, San Antonio y Periférica.
2.800 denuncias fueron hechas a la línea gratuita 136 de casos de violencia intrafamiliar.
42 por ciento es consecuencia de la dependencia económica, según la queja de las damnificadas.
32 por ciento de las agresiones dadas a conocer son referidas a las de tipo psicológico, mujeres celadas o amedrentadas.
Sólo 13 por ciento de las féminas abusadas admite la violencia sexual como una forma de agresión.
26 por ciento de casos fusiona la violencia física con la agresión psicológica, es decir, que van de la mano.
9.672 casos recibió en 2007 el ex Servicios Legales Integrales Municipales (SLIM), hoy es Plataforma.
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