29 de octubre de 2008

Una mujer denuncia haber vivido ‘semisecuestrada’ 22 años por su marido

Las administraciones, que se han volcado social y policialmente, abogan por la prudencia en un caso ya en manos de la justicia

Máxima discreción y prudencia rodean al caso, ayer difundido, sobre la denuncia presentada por una mujer mirandesa contra su marido, al que ha acusado de haberla sometido durante 22 años a un maltrato físico y psicológico hasta el punto de sólo dejarla ausentarse de su hogar en puntuales ocasiones y para trabajar (al parecer lo hacía algunas horas al día en la residencia de San Miguel).

Desde las administraciones tanto mirandesas como palentinas intervinientes en materia de servicios sociales y protección se aboga por dejar actuar a la justicia una vez que el caso ha sido denunciado y se han aplicado las herramientas y mecanismos existentes para la asistencia de víctimas de violencia de género. «Ha recibido apoyo por las administraciones y en materia de seguridad, está muy protegida en todos los ámbitos al igual que sus hijos menores», declaró ayer a este periódico su abogada, Teresa de Prado.

Un suceso en el que se impone la cautela, más, teniendo en cuenta el temor a posibles represalias por parte del entorno del acusado, que está en libertad provisional por orden de la jueza, y la tensa situación entre los clanes familiares de etnia gitana vinculados al matrimonio.Una tensión y un miedo que confirma la letrada de la denunciante: «No se solicitó prisión porque ella tiene miedo a las represalias y cuanto menos daño se le haga a él más en paz la va a dejar», explicó.

El procedimiento está ahora en el Juzgado de Instrucción número 6 de Palencia, donde una vez que se tomó declaración, la jueza resolvió acceder a la protección por medio de una orden de alejamiento hacia ella y sus hijos menores, de 7, 8 y 13 años de edad.

Sin fecha. Así las cosas ahora habrá que esperar a un señalamiento del juicio, momento en el que tanto la acusación como la defensa expondrán sus pruebas. Un caso que, en principio, se seguirá en la sede judicial palentina. «En casos de violencia la nueva regulación habla de unidad de defensa en todos los procedimientos que se deriven de ello, que tiene que llevarlos la misma letrada. Antiguamente, la jurisprudencia decía que tenía que denunciarse en el lugar donde se sucedían los hechos», añade la abogada de la mujer. No obstante, existe una circular de la Fiscalía que podría posibilitar el traslado del caso a la sede judicial burgalesa, algo que tardará en resolverse.

Alejamiento. Mientras eso llega, el deseo de la denunciante, de 41 años, es «alejarse al máximo y a todos los niveles» de la vida de maltrato que asegura haber llevado en Miranda durante 22 años, explica la abogada, lo que incluye a un entorno familiar muy complicado. Por ello cuenta con un agente especializado para su protección personal, que igualmente se extiende a sus tres hijos menores.
La letrada explica que en este tipo de casos de violencia de género el sometimiento de la mujer por parte del maltratador hace que éste «controle todo» en el ámbito familiar, hasta el punto que la denunciante relató que apenas ha podido salir de su hogar con libertad en 22 años. No obstante alaba su «valentía» por denunciar los hechos y dar el paso para salir de la situación a pesar del miedo que ella arrastra.

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