La feminización de la pobreza es una realidad en Honduras. De hecho, de cada 100 hogares, 25 están bajo la responsabilidad única de la mujer, que ha de luchar diariamente para proveer a su familia de la canasta básica, mientras sus salarios son dos veces y media inferiores a los de los hombres.
La violencia contra las mujeres está muy extendida en Honduras, tan es así que, de enero a noviembre de 2008, los femicidios ascendieron a 151: casi una víctima cada 48 horas. El 75 por ciento de las mujeres de Honduras han experimentado violencia física en algún momento de sus vidas; 4 de cada 10 mujeres son agredidas por sus compañeros de hogar, y algunas aceptan esa situación como algo normal, con lo que se potencia la cultura machista. Todo ello, a pesar de que en agosto de 2008 empezó a funcionar en Honduras un juzgado especializado en violencia doméstica.
Manos Unidas apoya en Honduras un “Programa integral de la Mujer” promovido desde 1996 por Cáritas San Pedro Sula, cuyo objetivo es mejorar la situación de las mujeres de las comunidades rurales y suburbanas. Dentro de este programa, prestan atención especial a la lucha contra la violencia de género, entendida como violencia física, sexual y psicológica (humillaciones, desvalorizaciones, insultos, amenazas…), que se produce en la familia, incluido el abuso sexual de las niñas en el hogar y otros actos de violencia y, con ello, favorecer las relaciones de igualdad entre hombres y mujeres.
El proyecto contempla medidas preventivas y de asistencia a las mujeres; acciones educativas y de sensibilización a la población y a los funcionarios de justicia, asistencia jurídica y psicológica, creación de redes locales de defensoras y capacitación productiva de la mujer. También se ofrece asistencia psicológica a los agresores, para favorecer cambios en el comportamiento.
Los beneficiarios directos (hombres y mujeres) del proyecto son 1.090.
El éxito de la iniciativa ha sido tal, que se está estudiando ampliar el programa.
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