11 de mayo de 2009

La barbarie machista

yasmín Zamira Rodríguez, de 37 años y nacionalidad colombiana, está muerta.

Fue asesinada por su ex pareja, de la misma edad y de nombre Enrique , que le asestó varias puñaladas por el simple hecho de que ella se quería separar de él. La pareja no compartía nada desde hace tiempo, aunque él trataba de recuperarla.

Los comportamientos absolutamente irracionales como los del asesino de Yasmín están en la calle, forman parte del corpus social en Euskadi y en todo el Estado.

En 2009 han sido asesinadas dos mujeres en el País Vasco. Demasiado recientemente, el 24 de marzo, Izaskun Jiménez falleció a manos de su marido en Gernika. Y los datos de esta lacra son escalofriantes. Entre 1999 y 2008 han fallecido 635 mujeres en el Estado.
Como en todo, la estadística siempre sirve para situar el asunto en su justa medida... pero para nada más.

Una vez conocidas las cifras toca actuar. Y, sobre todo, cambiar los parámetros de esta actuación. El nuevo Gobierno de Patxi López ya ha avanzado su intención de crear dentro del Departamento de Interior una sección que trabajará de forma específica contra la violencia de género. Una decisión acertada si se dota de todos los mecanismos para garantizar su operatividad máxima. Y eso significa bastantes más elementos que sólo un presupuesto económico. Porque López no tiene nada lejos el ejemplo del Ministerio de Igualdad que dirige su compañera Bibiana Aído , con escasa repercusión.

La violencia machista ofrece a los políticos una oportunidad de oro para poner en práctica una eficaz política transversal entre todas las consejerías. Porque todas deben tener voz en el objetivo de erradicar las actuaciones de estos hombres que ven en las mujeres sólo patrimonio. Tras las condenas, hay que pasar a la acción.

Como Juan Pablo Urtizberea , un vecino de Irun que hizo lo que debía hacer: socorrer a una mujer en peligro de muerte. Éste es el otro lado de la balanza, el que representa a esa parte de la sociedad concienciada, que es capaz de poner en peligro su propia integridad física con el loable fin de intentar salvar una vida. Que entiende la relación entre hombres y mujeres desde el respeto a las personas, más allá de su condición y género.

El debate sobre el incremento de las penas para estos supuestos penales se reabre. También el de la activación de medidas de protección para aquellas mujeres que ya han denunciado a sus ex parejas.
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