Las Juntas Generales de Gipuzkoa homenajearon y reconocieron hoy "el valor cívico" de Juan Pablo Urtizberea por su actuación en la madrugada del pasado 9 de mayo, cuando recibió dos cuchilladas al intentar auxiliar a Yasmín Rodríguez, asesinada a manos de su ex marido en Irun.
La presidenta de las Juntas Generales, Rafaela Romero, en un acto celebrado en el Parlamento foral guipuzcoano, entregó al homenajeado una placa y una lámina de reconocimiento. En el mismo estuvieron presentes la mujer de Urtizberea, Conchi Miranda, la Junta y la Mesa de portavoces, y la Comisión de Políticas para la Igualdad de la Mujer.
Al evento asistió en representación del Gobierno vasco, la consejera de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Pilar Unzalu, la Directora de Emakunde, María Silvestre y la Directora de la Oficina de Atención a las Víctimas de la Violencia de género, Mariola Serrano.
Urtizberea, quien firmó el libro de Honor de las Juntas, admitió que "desde el principio" sintió "frustración por no haber podido ayudar" a Yasmín Rodríguez "ni haber conseguido nada".
No obstante, deseó que su actuación sea un ejemplo y "sirva para que las demás personas actúen de la misma manera" que él lo hizo aquel 9 de mayo.
"EJEMPLO"
"No me lo pensé dos veces porque, cuando ves un accidente, lo primero que intentas es echar una mano", aseguró. Así, se mostró "convencido de que los ciudadanos harían lo mismo", y manifestó su voluntad de ser un ejemplo para que "se expandan y se pongan en relieve esos valores, que se propague ese civismo y esa educación".
Por su parte, Romero aplaudió el "paso al frente" que dio Urtizberea "al pasar del discurso a la acción", ya que "evidencia que el maltrato y la violencia frente a la mujer no es un problema sólo de mujeres que afecta a las mujeres, sino que es un problema de todas las personas que afecta a la convivencia democrática".
Asimismo, agradeció la ayuda prestada a Yasmín Rodríguez y reconoció "el valor cívico ciudadano que entraña su acción aquella trágica madrugada".
"Usted paró parta ayudarla y además renunció al miedo del cuchillo que portaba el asesino, olvidó el temor que a cualquiera hubiese paralizado, no fue egoísta e intentó ayudar a la mujer herida", reconoció. Según señaló, Urtizberea dio "el paso que piden a gritos" aquellas personas que hacen frente "con ahínco" a la violencia de género.
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