BILBAO
Una subordinada leacusa de manipular un documento en un intento de expulsarla de la unidad
El ex jefe de la Policía Científica de la Ertzaintza ha sido denunciado por una subordinada por haber preparado, supuestamente, documentos falsos para poder expulsarla de la unidad, en la que se vivía en el momento de los hechos un tenso conflicto interno. La demanda penal no tiene precedentes en la Ertzaintza y afecta paradójicamente a la sección encargada de redactar todo tipo de informes que se utilizan como prueba en los tribunales.
El origen de esta demanda se encuentra en un largo conflicto laboral en la sección de Tecnología, en la que trabajaban cuatro personas. Tres de ellas se habían opuesto a determinadas decisiones organizativas y la cuarta era la mujer del jefe. El caso ha llegado incluso al Ararteko, que reprochó al Departamento de Interior que tardase un año en investigar un caso de acoso laboral y no se preocupase por tener una «postura clara» con respecto a la discriminación de las mujeres en la Policía autónoma. De la misma manera, la Seguridad Social ha reconocido en dos casos que las bajas por enfermedad que sufrieron sendos agentes tenían su origen en el «conflicto interno» que vivía la unidad.
En marzo de 2005, el mando principal decidió expulsar de su puesto a la ertzaina responsable de la unidad de Tecnología. El comisario le achacó una serie de disfunciones graves, como permitir que sus subordinados abandonasen sus tareas para realizar gestiones personales, descuidar el trabajo o no comprobar las liquidaciones de gastos de los agentes a su cargo. Sin embargo, la mujer no fue expedientada pese a acusaciones que están calificadas de graves o muy graves en el reglamento interno de la Policía vasca.
Fechas que no coinciden
La afectada decidió presentar un recurso contra su expulsión. Cuando recibió su expediente, descubrió que su traslado se justificaba según una presunta reorganización interna, sin que se mencionasen las supuestas disfunciones. Desde ese momento, la ertzaina comenzó a indagar y descubrió que el parte sobre las disfunciones estaba elaborado, según la acusación, a partir de un informe de la esposa del jefe de la Policía Científica. Sin embargo, este documento había sido fechado en mayo de 2005. La expulsión, que recoge las quejas, está datada un mes antes.
No es la única irregularidad detectada. En el expediente se encontraron dos informes distintos sobre la expulsión fechados con un intervalo de cuatro días y con contenidos radicalmente diferentes. En uno se argumentaba el traslado por la reorganización y en el otro se volvía a hablar de las supuestas disfunciones. La denunciante, además, reclamó a sus superiores de la división de la Policía de lo Criminal el parte en el que se había basado su expulsión. En 2006 le respondieron que «no existe constancia del documento referido».
Según la acusación, las presuntas irregularidades obedecen a que los informes se han falseado «no solo en el contenido, sino también en la fecha» para dar cobertura a la expulsión de la jefa del área de Tecnología. La demanda destaca que un documento recoge datos de un informe que no sería presentado hasta un mes después. Asimismo, se ha denunciado al ex jefe policial por falso testimonio, ya que en una investigación interna señaló que no había disfunciones y, en un juicio celebrado en julio, indicó que sí existían.
Comisario en Llodio
El caso del ex responsable de la Policía Científica ha tenido más ramificaciones dentro de la Ertzaintza. Después de los conflictos internos, el departamento dirigido por Javier Balza decidió retirarle de la unidad y le nombró comisario en la localidad alavesa de Llodio. En julio de 2007, Interior envió a la mujer del comisario de la unidad de Policía Científica a la comisaría de su marido. El motivo de este cambio era un informe en el que aconsejaba separar a los miembros de la sección de Tecnología, a raíz del conflicto laboral habido en su seno.
El sindicato de la Ertzaintza Erne denunció por los conductos internos que a la esposa se le había buscado un destino «a dedo» con «un evidente trato de favor». Según un informe de la central, en la comisaría de destino se «tuvo la primera impresión de que se ha permitido al jefe que lleve a su mujer a su lugar de trabajo». Denunciaban que le fueron concedidas ventajas económicas, ya que al considerarse el cambio una comisión forzosa se le debía indemnizar por los viajes y otros costes.
La central sindical aduce también que la mujer había rechazado un puesto vinculado con la violencia de género cuando se le sugirió cambiar de unidad porque alegó que no estaba preparada para el cargo. En Llodio, sin embargo, asumió los asuntos relacionados con agresiones machistas. Erne pidió a finales de 2006 que el caso se examinase en el consejo de la Ertzaintza, el órgano paritario que asume estas cuestiones. El consejero Javier Balza, sin embargo, se negó a que se estudiase el caso.
ÓSCAR B. DE OTÁLORA
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