26 de febrero de 2009

Las víctimas de violencia de género tienen más riesgo de padecer exclusión social y desempleo

Un estudio subraya que el maltrato tiene un "impacto global" sobre la vida de las mujeres.
COLPISA. Barcelona

La violencia de género no sólo ocasiona problemas de seguridad o lesiones físicas y psicológicas a las víctimas. "Su efecto es global", afirma Mar Camarasa, autora de un informe que concluye que la población femenina que sufre la agresión machista tiene más riesgo de padecer exclusión social, precariedad económica y desempleo. "El impacto sobre la vida de las mujeres maltratadas es total", señala. El informe, financiado por la Unión Europea y realizado en España, Estonia, Italia y Finlandia, asegura que las políticas deben ir encaminadas a medir también el impacto laboral, económico y social de la violencia machista en las vidas de las mujeres. "Hasta ahora las acciones públicas se han centrado en aspectos como la salud o la atención penal, pero hay que ir más allá", añade Camarasa. "Con añadir algunas preguntas más a la Macroencuesta sobre violencia contra las mujeres que realiza el Instituto de la Mujer se facilitaría el conocimiento de la situación real, con cifras, en la que se encuentran muchas personas que padecen violencia machista, lo que permitiría tener una visión real del problema y ajustar las políticas públicas", mantiene. El estudio, presentado el miércoles en Barcelona, considera que la violencia de género provoca un sinfín de consecuencias socio-laborales a quien la padece, como ausencias del trabajo o baja laborales por los daños físicos y psicológicos, que muchas veces acaban en desempleo. "Las mujeres ya están en desigualdad en el mercado laboral, y las que sufren la violencia machista más aún", señala Fina Rubio, presidenta de la Fundación Surt, que es la entidad que ha coordinado el estudio. "Las políticas de empleo deberían contemplar medidas de sensibilización en las empresas, por la importancia que tiene para las mujeres maltratadas el mantenimiento de sus puestos de trabajo", añade. Además, esta investigación, elaborada en el marco del proyecto GVEI (Gender Violence Effects Indicators- Indicadores de los efectos de la violencia de género), señala que la violencia machista deja a las mujeres en situación de "exclusión social y de dependencia institucional". "Sin autonomía económica, muchas mujeres no dan el paso de denunciar a su pareja porque de lo contrario no pueden hacer frente a los gastos para ella y sus hijos", señala Rubio. Camarasa apunta que la mayoría de las mujeres maltratadas tiene trabajo e ingresos propios, aunque lo que suele ocurrir es que sus parejas les controlan el dinero. "Hacen falta políticas que garanticen las ayudas específicas a las mujeres que sufren la ira de sus parejas", propone Mar Camarasa. Y también "acciones públicas de vivienda", ya que el impacto de la violencia en este sentido "es enorme".

Estigma social
Los abandonos suelen ser forzados y la pérdida del domicilio habitual comporta afrontar la búsqueda de un nuevo espacio para la mujer y sus hijos e incluso los padres, con la dificultad añadida de asumir nuevos gastos de vivienda. En el plano social, las víctimas también sufren mucho, según el estudio. "La vergüenza y el estigma social aún están vigentes, lo que lleva a muchas mujeres al aislamiento e incluso a la exclusión", mantiene. Finalmente, la investigación detecta importantes obstáculos a la hora de acceder a los recursos legales para afrontar un proceso judicial. "¿Cómo denuncian a su pareja si las mujeres se sienten inseguras y avergonzadas por haber sido víctimas?", concluye el informe. Por eso, cree, "hacen falta mejoras en el ámbito jurídico, lo que aumentaría la motivación de las mujeres a la hora de iniciar un largo proceso que suele ser duro". Cada día, unas 400 mujeres en España denuncian actos de violencia machista, el primer paso para empezar a recuperar su vida.

http://www.heraldo.es/index.php/mod.noticias/mem.detalle/idnoticia.40430/relcategoria.310

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