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25 de junio de 2009

´Llevo 9 años en un despacho de Emasagra sin hacer nada´

El ex directivo que ha denunciado por ´mobbing´ a la dirección, incluido a S. P., lleva meses en tratamiento psicológico por el supuesto trato "denigrante"

J.C.N.H lleva 28 años como trabajador de Emasagra pero los nueve últimos se han convertido, según confiesa a este diario, en un "verdadero calvario". En la actualidad, ocupa un despacho de la sede de Emasagra en la calle Molinos pero durante las siete horas diarias permanece de brazos cruzados: "no me asignan ninguna función".

En enero presentó una denuncia en los tribunales porque "no aguantaba más", contra varios directivos de Emasagra –incluido S. P. actual consejero delegado– "perfecto conocedor desde 2006 del acoso laboral al que me han sometido".

El Juzgado de Instrucción 8 de Granada trata de aclarar ahora si existen indicios de delitos contra la integridad, lesiones psíquicas y contra los derechos de los trabajadores por parte de S P, el actual gerente R A, su antecesor en el cargo, A N; el director de la Fundación de Emasagra, L G; y el director económico financiero, F S A.

Dada la condición de aforado de S P –actual senador del PP–, el juez F Z elevó una consulta al Tribunal Supremo para saber si era competente para llevar la instrucción del dirigente popular. El alto tribunal estableció en un auto, que hizo público ayer La Opinión, que no se apreciaban, por el momento, indicios de delito por parte de P por lo que remite la causa de nuevo al Juzgado de Instrucción. No obstante, si de la investigación se desprendiera alguna infracción penal "inequívoca y relevante" del senador, el Supremo deja la puerta abierta a que sea la Sala Segunda de lo Penal la que lleve a cabo su enjuiciamiento.

Reunión con S. El denunciante, que ocupó en su día la jefatura del área de administración de Emasagra, asegura que él y otro compañero que ya se desligó de la empresa, víctima también del supuesto acoso laboral, acudieron en 2006 al Ayuntamiento para hablar con P. "Le dijimos que ya no aguantábamos más, que llevábamos seis años ninguneados, cada uno en un despacho sin hacer nada y él se comprometió a arreglar el asunto. Él conoce mi situación y está claro que como máximo responsable ejecutivo tiene mucho que decir ", precisa el denunciante, al que no le consta, por otro lado, que haya dado instrucciones directas para discriminarlo.

J.C.N.H. sitúa el origen del problema en el año 2000 cuando él y otros dos compañeros –estos dos últimos fuera ya de la empresa– denunciaron una serie de irregularidades,. Entonces, el consejero delegado era el hoy subdelegado de Gobierno, A C.

El despido de los tres se declaró improcedente y fue entonces cuando empezaron a sufrir la supuesta persecución laboral. Con la llegada del PP al gobierno de la ciudad, la situación no varió. Con el tiempo, sus dos compañeros solicitaron la resolución del contrato obteniendo una indemnización.

El denunciante asegura que a él le ofrecieron un puesto en la Fundación de Emasagra, responsabilidad que aceptó, no sin antes renunciar a su puesto en el comité de empresa. Tampoco allí tuvo un trabajo asignado, continuó el ninguneo hasta que el gerente R A le comunicó en diciembre pasado que debía volver de nuevo a la empresa, según su testimonio.

Fue en ese momento cuando confiesa que toca fondo y sufre una depresión que le lleva a presentar la denuncia ante los tribunales y, al mismo tiempo, solicitar una baja médica por problemas psicológicos que le mantuvo fuera durante cuatro meses. No obstante, precisa que a día de hoy sigue yendo a las consultas con el psicólogo.

"Mi situación era insostenible, no podía soportar por más tiempo el trato recibido y no me quedaba más salida que acudir al juez", argumenta el denunciante, quien afirma que no busca una indemnización millonaria sino mantener su puesto de trabajo en condiciones normales.

ÁLVARO CALLEJA
www.laopiniondegranada.es

3 de junio de 2009

El sindicato de Policía Local estudia una denuncia por 'mobbing'

La inspección de Salud ya ha dado de alta a dos de los 23 agentes de baja por ansiedad

El Sindicato Profesional de Policías Municipales de España (Sppme) se reunirá hoy con su gabinete jurídico para decidir qué acciones lleva a cabo, entre las que baraja una posible denuncia por mobbing, tras advertir el alcalde, Juan Ramón Troncoso (PSOE), que abrirá expedientes por la "huelga encubierta" protagonizada por 23 agentes dados de baja por "estrés o ansiedad".

El delegado del Sppme en el Ayuntamiento de San Juan, Miguel Ángel Ordaz, recordó a Europa Press que el alcalde ha reclamado a la Consejería de Salud la inspección de las bajas y sólo en la semana pasada, la inspección dio de alta a dos de los agentes. Hoy, otros ocho pasarán la revisión.

Las bajas se solicitaron alegando "ansiedad o estrés" en el 90% de los casos, que el Sppme atribuye a los "insoportables" turnos organizados por el Consistorio. Como ya informó el Ayuntamiento, esta situación se produjo también durante las procesiones de Semana Santa y supone "una merma del servicio de seguridad ciudadana" .

www.diariodesevilla.es

4 de mayo de 2009

¿Es peor el remedio que la enfermedad? Reducción de las jornadas laborales

Especialistas en derecho laboral recomiendan extremar cuidados al momento de recortar la jornada de trabajo o de reasignar tareas. Los reclamos por despido indirecto y mobbing vuelven a decir presente

Todo remedio tiene contraindicaciones. Por eso, en la búsqueda de paliativos laborales para hacerle frente a la crisis, habrá que tener muy en cuenta los efectos colaterales. La reducción de la jornada o del sueldo, el cambio de actividad o, mismo, la incertidumbre alimentada por la inacción de jefes y empresas, están empezando a ser objeto de reclamo ante los tribunales por parte de los trabajadores.

El debate que subyace se da entre lo malo y lo peor: recortar la jornada y la paga o perder el empleo.

Para Gustavo Gallo, titular de Gallo & Asociados, tanto la disminución de horas como de salario son causal de despido indirecto, pues de acuerdo con la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) no se pueden cambiar las condiciones pautadas al inicio de la relación laboral. “Se parte de la base de que el riesgo empresario no debe trasladarse al empleado”, explicó.

“La reducción de horas y salario es una modalidad de suspensión del empleado”, dijo en esa línea Eduardo Viñales, socio del estudio Funes de Rioja, y reafirmó que “la medida, si no es aceptada, puede dar lugar a un despido indirecto”.

Así las cosas, ésta se ha convertido en una herramienta de uso diario. “La legislación laboral le otorga al empleador la facultad de modificar las condiciones laborales de sus trabajadores siempre y cuando tal facultad no sea irracional, no cause perjuicio moral o material al trabajador y no modifique condiciones esenciales del contrato de trabajo”, relativizó Mercedes Balado Bevilacqua, abogada de Beretta Godoy.

Pero, justamente, la jornada y la remuneración son condiciones esenciales del contrato de trabajo. No obstante, para la abogada su modificación puede hacerse, pues se trata de una “redistribución del tiempo”, con el pago proporcional de las horas que se trabajarán.

Vaivenes y mobbing

El cambio de tareas y la reconversión de empleados también está en auge por estos días, pero desde el punto de vista legal, cuando aquellas no obedecen a razones funcionales justificadas u ocasionan perjuicio material o moral al empleado, lo habilitan a recuperar las condiciones anteriores, dijo Gallo. “Hay muchos casos de este tipo en los tribunales, que suelen resolverse con bastante rapidez”, señaló.

“Se observa como práctica difundida la utilización de ésta nueva disposición de la LCT (N. de R.: sobre modificaciones de tareas) a fin de considerar rota la relación laboral por despido indirecto. La justicia laboral es receptiva a este tipo de planteos”, advirtió también Viñales.

Así y todo, para Balado Bevilacqua la reconversión de tareas es una facultad que tiene el empleador.

“En principio -aclaró- no podría modificarse en detrimento del trabajador” y si esto ocurriese, “daría lugar a que el trabajador afectado se considerase agraviado y reclamase la reposición de sus tareas anteriores bajo apercibimiento de considerarse despedido”.

En este punto, puestos a analizar la posición de la parte empleadora, los tres consultados insistieron en la necesidad de instrumentar y registrar estos acuerdos ante el Ministerio de Trabajo. En línea con lo anterior, si bien las medidas que las empresas están impulsando están siendo acordadas (en general) con las entidades sindicales representativas, no todo lo que reluce tiene aroma a limpio.

“En el plano individual el conflicto se está exacerbando, ya que existe una oportunidad de reclamo para aquellos empleados con intención de cambio de empleo o simplemente de alejamiento de la empresa”, apuntó Viñales. “El mobbing, acoso moral, stress laboral y otras figuras innovativas están siendo esgrimidas por empleados para mejorar su capacidad de negociación a su egreso”, dijo.

Sobre el punto, la abogada de Beretta Godoy explicó que por mobbing hay que entender la comunicación hostil y sin ética dirigida sistemáticamente por uno o varios individuos contra otro, arrastrado a una posición de indefensión. Estas conductas, que implican un abuso moral, deben tener lugar de manera reiterada y durante un largo período, extremo que termina involucrando aspectos mentales, psicosomáticos y sociales del individuo.

La pregunta es si en el contexto actual, ante las indefiniciones sobre cambios en las condiciones de trabajo y a la incertidumbre sobre la mismísima continuidad laboral, se puede reclamar en función de lo que sería un “mobbing por omisión”.

Por lo pronto, existe una tendencia jurisprudencial dirigida a sancionar actos de este tipo, considerar los despidos fundados en maltrato y establecer indemnizaciones por daño moral o psicológico a raíz de la comprobación de la existencia de situaciones de acoso laboral, reconocieron los abogados.

Sin embargo, dijo Balado Bevilacqua, “es poco probable que la crisis o la inestabilidad del contexto socioeconómico por sí solas sean consideradas como factores desencadenantes del mobbing; pueden generar incertidumbre, pero eso no puede entenderse como maltrato por parte del empleador”.

Empero, en climas alterados, los especialistas recomendaron aceitar las comunicaciones y políticas desde las áreas de recursos humanos para prevenir estos escenarios. En esa línea, agregaron que una comunicación institucional continua, generalizada y transparente en cuanto al impacto que la crisis está teniendo en el negocio y su relación con la estabilidad laboral es una forma para cubrir posibles aristas ante eventuales reclamos.

Ariel Alberto Neuman

cronista.com

13 de marzo de 2009

El ‘mobbing’ se incrementa cada año pero las denuncias son escasas por un mal diagnóstico

Los expertos advierten de que el número de afectados supera ya el 15% y piden medidas preventivas

Las denuncias no lo evidencian pero las encuestas sí.El acoso moral en el trabajo sufre una tendencia al alza (pasó de un cinco por ciento de afectados en 2000 a un 15 por ciento en 2005) y se ha convertido ya en uno de los problemas más importantes dentro de las organizaciones labores, según el jefe de Sección de recoñecemento e análise del centro provincial del Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral (Issga). Habla de ‘situación preocupante’ y demanda medidas preventivas.

El término es reciente (1973) pero las conductas de ‘mobbing’ existen desde la época de Caín y Abel, ‘probablemente uno de los primeros casos’ que se registró al respecto. Así de contundente se mostró ayer el jefe de Sección de reconocimiento y análisis del centro provincial del Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral (Issga), Juan Manuel Rodríguez Lorenzo, en una jornada técnica en la que analizó la problemática del acoso moral en el trabajo, poniendo de relevancia que se trata en la actualidad de uno de los problemas más importantes dentro de las organizaciones laborales.

Pese a su larga existencia y a que los estudios -encuesta europea sobre las condiciones de trabajo- revelan una tendencia al alza de esta problemática en España (extrapolable a Galicia), pasando de un cinco por ciento de la población laboral con problemas de acoso psicológico en el año 2000 a un 15 por ciento en 2005, las denuncias de los afectados no reflejan la realidad de esta situación. Las denuncias, alegó, son muy pocas, porque el ‘mobbing’ está todavía mal diagnosticado. ‘Síntomas y signos de una persona que sufre acoso laboral son diagnosticados como otras enfermedades’, como depresión, ansiedad o estrés, dijo. A ello se une que el ‘mobbing’ como tal se define como una conducta de hostigamiento de una persona hacia otra de forma recurrente en el tiempo, por lo que ‘hasta ahora se creía que como se repetían formaban parte del sueldo o de la organización y se consideraban normales y banales’.

Para Rodríguez Lorenzo se trata de ‘una situación preocupante’ por lo que destacó la necesidad de tomar medidas preventivas y ‘no únicamente paliativas o punitivas sobre víctimas y acosadores’. Para ello debe trabajarse en cuestiones como fomentar la formación, integrar la prevención en la empresa o las propias denuncias.

Llevarse mal, una bronca o un jefe exigente no es ‘mobbing’.

El acoso moral en el trabajo es un comportamiento que lleva a cabo actuaciones recurrentes que hostigan al trabajador (también puede ser del trabajador al superior o entre compañeros).

El ‘mobbing’ no es una enfermedad sino un riesgo porque expone al que lo sufre a la posibilidad de enfermar, de ser dañado afectando a la calidad de su trabajo y a las relaciones laborales y personales. Con esta puntualizaciones, José Manuel Rodríguez, calificó el acoso psicológico en el trabajo como ‘el crimen perfecto’ o ‘la violencia en silencio’ porque la víctima es incapaz de hacer frente a sus acosadores dado que empieza a creer que es un empleado que no merece la pena que siga en la organización. ‘Me cargo a un trabajador pero lo hago con su consentimiento y participación’, explicó. Por lo general, el acosador suele ser una persona debil intelectual o profesionalmente y la víctima más brillante.

www.laregion.es

21 de febrero de 2009

Condenan a la Diputación a indemnizar a una empleada por sufrir acoso laboral

La auxiliar de enfermería recibirá 27.000 euros por el «daño moral» que padeció en la residencia de Arana

Juana sufrió una «auténtica» campaña de «acoso y derribo» por parte de algunas de sus compañeras desde el mismo día en que empezó a trabajar como auxiliar de enfermería en la residencia geriátrica Arana, dependiente del Instituto foral de Bienestar Social (IFBS). Los «actos de menosprecio» hacia su persona, que comenzaron en 2001, eran «continuos» y el ambiente laboral «insostenible», situación que puso en conocimiento de sus superiores y denunció ante los responsables de la Diputación, que abrieron un expediente disciplinario a las funcionarias que presuntamente la acosaban.

El informe no sirvió de nada y las compañeras de la demandante «volvieron a la carga», hasta el punto de que Juana sufrió un «trastorno ansioso depresivo» que le obligó a coger una baja laboral durante quince meses, según explicó el gabinete psicológico de la federación de servicios públicos del sindicato UGT. El Juzgado de lo Contencioso número 1 de Vitoria ha dado la razón a la demandante y ha condenado a la Diputación a indemnizar a la trabajadora con 27.000 euros por «daño moral» como «responsable patrimonial» de lo ocurrido.

El juez entiende que la institución foral no adoptó las medidas preventivas necesarias para proteger a la empleada de los «riesgos psicosociales» derivados de su trabajo. «Ha quedado acreditado que la Diputación de Álava, el Instituto foral de Bienestar Social y los responsables de la residencia Arana incumplieron la Ley de Prevención de Riesgos Laborales -que tiene por objeto promover la seguridad y la salud de los trabajadores- a pesar de tener una denuncia clara de lo que pasaba».

En este sentido, la sentencia mantiene que el daño moral que alega la trabajadora se debe a un «deficiente funcionamiento» imputable a la entidad foral.
Juana empezó a trabajar en la 'planta amarilla' de la residencia hace siete años y medio. Ocupaba un puesto vacante como auxiliar de enfermería y desde el primer día fue «víctima de una campaña de acoso moral intenso» que la trabajadora soportó en silencio durante tres años. «Llegaron a colocar carteles con el número de la lotería de Navidad en los que se especificaba que se vendía a todo el mundo menos a ella», explicaron fuentes conocedoras del caso.

Servicio «anormal»
Fue a raíz de un altercado ocurrido en marzo de 2004 cuando Juana denunció los «continuos actos de menosprecio» sufridos por parte de varias de sus compañeras ante la dirección del centro y la Diputación. La institución foral decidió entonces abrir un expediente disciplinario a las empleadas que acosaban a la demandante.
El informe enturbió todavía más las relaciones laborales, lo que provocó un segundo incidente que Juana puso en conocimiento de la Subdirección de Área. La demandante tuvo que coger la baja tras serle diagnosticado «un cuadro de ansiedad desencadenado por un conflicto en el ámbito laboral».

El propio Instituto foral de Bienestar Social recoge en un informe realizado por el director técnico del Área de Personas Mayores para analizar la situación del personal en la llamada 'planta amarilla' de la residencia Arana que las «conductas irrespetuosas hacia el personal, la actitud prepotente y provocaciones continuas creaban un ambiente laboral de temor y tensión inaguantables para cualquier trabajador». «Me parece grave -añade el técnico- el que haya personas trabajadoras, sobre todo eventuales, que estén atemorizadas por dicho grupo y no se atrevan a expresar o denunciar determinadas actuaciones». De hecho, el psicólogo que atendió a Juana ratificó en sus informes que si no se hubiera producido un «continuo acoso», la demandante no habría sufrido un cuadro de ansiedad.

Ante esta situación, el juez mantiene que la «responsabilidad patrimonial» recae en la Diputación alavesa al entender que los «daños morales» que sufre la demandante son consecuencia del «servicio anormal» llevado a cabo por la Administración.

CARMEN BARREIRO
www.elcorreodigital.com

19 de febrero de 2009

CCOO insta a las empresas a analizar si presentan riesgos de acoso laboral

Más de 70 delegados sindicales asistieron ayer a un seminario sobre ´mobbing´ y acoso laboral en el que constataron las dificultades para poner en marcha medidas preventivas en los puestos de trabajo

Denunciarlo ante los jefes, llamar a la Inspección de Trabajo, contar con testigos dispuestos a declarar.
Muchas veces el verdadero calvario del trabajador que subre acoso laboral o mobbing comienza cuando decide poner fin al problema afrontándolo con los medios a su disposición. Esta es una de las conclusiones que se extrajeron ayer del seminario sobre acoso laboral que organizó el sindicato CCOO y que contó con la asistencia de 70 delegados sindicales y varios alumnos de formación profesional.
El consejo del ponente, Manuel Fernández Martín, técnico del Instituto Sindical del Trabajo, Ambiente y Salud (Istas), es que las empresas «se pongan manos a la obra en prevención y elaboren estudios sobre los posibles riesgos de acoso laboral que se pueden presentar antes de que se den situaciones problemáticas». Fernández valora que muchas empresas hayan incluido en sus convenios protocolos de intervención en caso de acoso laboral o sexual pero cree que «sería mucho más positivo hacer un trabajo de evaluación previa que evitaría tener que llegar a encontrarse con casos concretos».

Rechazo manifiestoEl experto considera que el empresario «tiene que declarar públicamente en la empresa su rechazo al acoso laboral y publicitar las medidas con las que cuenta para atajarlo o afrontarlo, de manera que se sepa claramente que es una conducta reprobable». También aconseja determinar muy claramente «cuáles son las conductas que se definen como acoso y no sólo atender a la víctima sino estudiar qué hay detrás». «Si para cambiar las cosas hay que proponer al empresario un estudio ´para detectar condiciones laborales deficientes para mejorar la productividad´ en vez de un ´estudio sobre el acoso laboral´ porque esto último resulta más agresivo, habrá que hacerlo para tratar de introducir este tipo de medidas».

En el debate posterior a las ponencias, los trabajadores pusieron de manifiesto los problemas con los que se encuentran en sus lugares de trabajo como el hecho de que los cargos intermedios no tengan conocimientos de gestión de recursos humanos o gestión de personal, lo que se suele traducir en problemas con la plantilla.

Fernández Martín asegura que un buen sistema para evitar que haya malentendidos y tensiones entre el personal y la dirección de la empresa «es articular reuniones de trabajo regulares sobre los problemas y sugerencias respecto al trabajo cotidiano e incluso crear un buzón de sugerencias en el que se puedan expresar posibles mejoras en las condiciones laborales». Para llegar a ello «hay que mejorar la comunicación entre jefes y trabajadores».

Según el ponente, la incomunicación es uno de los problemas básicos y se ha demostrado que su mejora tiene consecuencias positivas incluso en la productividad de la empresa. «Puede que esto no sea la panacea para solucionar todos los problemas pero es un pasito positivo importante», aseguró. «En el fondo los intereses del trabajador y del empresario son los mismos y este tipo de pasos suponen un beneficio para el empresario y para el trabajador».

Los asistentes también debatieron sobre la falta de motivación en el puesto de trabajo y sobre la importancia de poder promocionar dentro de la empresa con criterios objetivos. El ponente contó con la presentación de Agustín Gutiérrez Pérez, responsable de Salud Laboral de CCOO en Eivissa.

www.diariodeibiza.es

14 de febrero de 2009

La sargento que denunció acoso, destinada a la unidad de Tráfico

El nuevo jefe de la Policía Local, Agustín de Luis, ha decidido apartar de su cargo de responsable de Violencia de Género a la sargento Mercedes García, que denunció haber sufrido durante meses una situación de acoso por parte de varios mandos y compañeros.

La sargento será trasladada a la división de Tráfico y Transporte, dentro de una reorganización más amplia decretada por De Luis.

Mercedes García ejercía el cargo de forma interina, tras ser designada para el mismo por el anterior responsable del área, José Manuel López. Una reciente sentencia judicial avaló este nombramiento, que había sido cuestionada por el Sindicato del Área de Seguridad. El juez consideró acreditada «la necesidad y urgencia del nombramiento interino» de García, porque el Ayuntamiento lo defendió «invocando una delicada materia, la tramitación de los expedientes de violencia de género».
El juez añade que «no ha resultado acreditado que exista otro funcionario que ostente mayor grado de capacidad o mérito» para cumplir este cometido.

Por otro lado, la sargento ovetense ha puesto su caso en manos de la abogada Ana García Boto. La primera decisión que ha adoptado la letrada es personarse en el procedimiento que instruye el Juzgado número 2 contra varios mandos y agentes del cuerpo ovetense a instancias de la fiscalía.
Mercedes García denunció ante el Ayuntamiento en reiteradas ocasiones que estaba siendo víctima de un supuesto acoso por parte de varios mandos y compañeros. Entre otros extremos, denunció que a través de la emisora interna de la Policía Local se habían vertido durante meses insultos de contenido sexual contra ella.

El Ayuntamiento abrió una investigación interna y, tras tomar declaración a varios testigos, concluyó que había indicios de la posible comisión de varios delitos, por lo que envió el caso a la fiscalía. El fiscal jefe, Gerardo Herrero, remitió la denuncia al Juzgado al encontrar indicios de un supuesto trato vejatorio. La abogada de la sargento ovetense no descarta iniciar ahora acciones penales «contra responsables políticos o funcionarios que puedan tener responsabilidades por permitir que se mantuviera la situación de acoso durante meses», según han señalado a este periódico fuentes cercanas a la denunciante.

Reorganización
El nuevo jefe de la Policía Local, Agustín de Luis, ha decretado una reorganización interna del cuerpo. Entre otros cambios, ha apartado de su cargo de responsable de Violencia de Género a la sargento que denunció un supuesto acoso por parte de compañeros. Personamiento García se ha personado en el procedimiento judicial por acoso.

www.lne.es

12 de febrero de 2009

La riosellana despedida por el Ayuntamiento denuncia al Alcalde y a un edil por acoso laboral

Charo Fernández Román. lópez de arenosa
El concejal de Turismo, Raúl Minordo, presunto instigador de la persecución, niega todas las acusaciones
Los enfrentamientos judiciales entre el Ayuntamiento de Ribadesella y la ex trabajadora municipal Charo Fernández Román continúan. La que fuera técnica de turismo de Ribadesella hasta octubre de 2008, cuando fue despedida de forma improcedente por el actual gobierno riosellano, según ha dictaminado la juez, ha presentado otra denuncia, en la cual acusa al alcalde, Ramón Canal, y al concejal de Turismo, Raúl Minordo, ambos del PSOE, de una supuesta «persecución laboral».
El edil, presunto instigador del acoso laboral, ha negado todas las acusaciones.
La ex trabajadora relató ayer que la animadversión de Raúl Minordo hacia ella comenzó en agosto de 2001. «Entonces prestaba mis servicios en la Oficina de Turismo y la llamada de Minordo fue para amenazarme personalmente por no proporcionar información sobre su establecimiento (un hotel rural); en aquella época, totalmente ilegal», relató la afectada, que actualmente está en tratamiento psicológico para superar una depresión como consecuencia de la supuesta persecución laboral de la que fue objeto.
La trabajadora dio ejemplos del supuesto acoso laboral, como el envío de un agente de la Policía Local a su puesto de trabajo para vigilarla. La denunciante señaló también el menosprecio a su trabajo y a su persona. Estos hechos llevaron a Fernández Román a denunciar la situación ante la Inspección de Trabajo y la Seguridad Social con el fin de que la justicia determine las posibles responsabilidades.
El envío de un policía local al despacho de la ex trabajadora fue reconocido hace unos días por el portavoz de IU, Francisco Vázquez, socio de gobierno de los socialistas en Ribadesella.
Por su parte, Raúl Minordo negó ayer todas las acusaciones de la ex empleada municipal. «No recuerdo esa llamada (la del año 2001). Sólo puedo decir que en aquella época tenía poco contacto con la Oficina de Turismo, porque mi negocio lo promocionaba por otras vías», indicó el edil, quien aseguró que el hotel de su propiedad «cumple todos los requisitos legales desde el año 1996», Raúl Minordo negó rotundamente haber acosado laboralmente a Charo Fernández Román.
«Soy concejal de un equipo de gobierno y por encima de mí está el Alcalde, que es el que da las órdenes. Además, esa trabajadora mantiene su contrato en la Fundación de Turismo», apuntó Minordo.
En estos dos puntos coinciden ambas versiones. La denunciante asegura que Raúl Minordo durante su etapa como concejal siempre se dirigió a ella asegurando que actuaba en nombre del Alcalde. «En cuanto a mi contrato, es cierto que está vigente, a pesar de las continuas presiones recibidas de Minordo para que dimitiera», añadió. El edil también niega este aspecto.
B. MORÁN
www.lne.es

Un informe trata de aclarar el supuesto caso de mobbing en el José Lafont

En el supuesto caso de mobbing a una DUE del centro especializado ‘José Lafont’ que, en mayo del pasado año, fue trasladada desde su puesto habitual en el quirófano, sin que se le ofreciera ningún tipo de explicación desde la Gerencia del Ingesa, se ha concluido una investigación que intenta echar algo de luz sobre este asunto, además de solicitar la readmisión de la trabajadora en el puesto de trabajo que ha desempeñado durante más de 32 años.

En un amplio documento, al que ha tenido acceso ‘El Faro’, se recogen las declaraciones de compañeros, mandos o incluso pacientes, se resumen los hechos que dieron comienzo tras la petición de traslado de otra compañera, por “presunto acoso moral”, y por “imposibilidad de seguir trabajando” con la afectada, quien fue finalmente a la que trasladaon, al parecer por “reestructuración de servicios”, según la informaron desde Ingesa.

El informe efectúa un análisis de las declaraciones concluyendo que no se puede probar “acoso” de la DUE, ni que se haya producido “altercado alguno” entre ambas compañeras sobre las que se especifica que existía “una relación de afinidad más allá del trabajo”.

En manifestaciones a este medio, la DUE ha reiterado su deseo de que Ingesa “rectifique y me reincorporen a mi anterior puesto”. Aún así, la afectada insiste en que el “daño ya está hecho, especialmente a mi hijo pequeño que ha visto l que he sufrido”. Señala que no es su intención “desearle mal a nadie”, pero que no comprende “cómo se hace algo así a una persona sin motivo aparente”.

Escrito por S. V.
www.elfaroceutamelilla.es

9 de febrero de 2009

Una trabajadora de Ravella achaca a su maternidad el acoso laboral que dice sufrir

Junto a otra compañera denunció presunta discriminación en el área de Cultura

Una de las trabajadoras del Concello de Vilagarcía que hace días denunció, a través del registro municipal, un presunto caso de acoso o marginación laboral en el departamento de Cultura, relaciona esta situación con su baja por maternidad.

En el escrito de denuncia, sellado con registro de entrada 1.778, esta auxiliar, ayudante sociocultural adscrita a la Concejalía de Cultura, sostiene que sufre "desde hace algún tiempo", y más concretamente desde el 16 de enero pasado, fecha de su incorporación al trabajo "después de una baja maternal", una situación que define como de "marginación en el puesto de trabajo", alegando que los responsables de la distribución de las tareas y responsabilidades que habitualmente ha desempeñado no le confían ahora esas labores.

Se trata de una situación que, a su juicio, menoscaba sus "derechos e intereses sociolaborales", al igual que su "dignidad personal", tratándose de una situación que, asegura, es conocida por el concejal de Cultura -el nacionalista Xosé Castro Ratón- "y por los demás responsables del departamento".

Reuniones previasA este respecto, incide en que ya realizó quejas verbales con anterioridad y añade que se mantuvieron reuniones informales en Ravella, "sin que hasta la fecha se haya puesto solución o remedio a esta situación".

En el escrito remitido a la junta de personal del Concello de Vilagarcía, al que ha tenido acceso FARO, la trabajadora denunciante solicita "que se proceda a la defensa de mis legítimos derechos e intereses".
Y lo pide así al tiempo que advierte de que es "urgente"_que por parte del Gobierno local se adopten "las iniciativas necesarias en previsión de que esta situación degenere en incidencias graves que perjudiquen a los trabajadores".

La ayudante sociocultural, que dirige sus críticas hacia el concejal citado y el técnico de Cultura, Javier Camba, denunció por escrito los hechos aludidos para que los tenga en consideración la alcaldesa de Vilagarcía "y acuerde lo necesario e imprescindible para preservar los derechos de todos los trabajadores".
Independientemente de esto, la denunciante se reserva su derecho a emprender "las acciones que correspondan para el resarcimiento de los daños y perjuicios sociolaborales y morales sufridos hasta la fecha o que puedan sobrevenir en el futuro".

El hecho de que dos trabajadoras de Ravella denunciaran la situación de marginación laboral que dicen padecer, de lo que informó FARO hace días, desató una importante tormenta política, con duras críticas desde los grupos de la oposición.

Xosé Castro Ratón se defendió rechazando las acusaciones vertidas contra él y brindándose a aclarar la situación y su gestión al frente de Cultura. Mañana tendrá oportunidad de hacerlo, pues de hecho ya se comprometió a ofrecer más detalles sobre lo sucedido aprovechando que se celebra una reunión de la junta de portavoces para analizar la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) del Concello.

M. MÉNDEZ
www.farodevigo.es

7 de febrero de 2009

Un coronel de lengua larga

Un mando del Regimiento «Garellano», condenado a un año por acosar a una teniente
Un comandante asturiano ya le demandó por «mobbing» en 2002

El Tribunal Militar Central ha condenado al coronel Francisco Bajo Ojeda a un año de cárcel por vejar y acosar sexualmente a varias oficiales del regimiento de Munguía, en Vizcaya. Pese a que varias subordinadas reconocieron haber sufrido las vejaciones y los comentarios degradantes, sólo una de ellas le denunció, por lo que el tribunal le ha condenado por un único delito.

Bajo Ojeda ya fue denunciado en 2002, junto a otros 14 mandos, por el comandante asturiano (hoy teniente coronel) J. P. R., en el primer proceso por «mobbing» en el Ejército, del que salió absuelto.
También ese año, el coronel fue acusado de golpear a un subordinado, por lo que fue condenado en 2006 a 8 meses de cárcel.

El Tribunal Militar Central da por probado que el coronel acusado utilizó su posición de mando para acosar a sus subordinadas. Por ello se le condena a un año de prisión y al pago de 4.000 euros de indeminización.

Estos hechos tuvieron lugar en julio y agosto de 2004, cuando el condenado, entonces teniente coronel, era jefe de la plana mayor del Regimiento «Garellano». Allí también estaban destinadas las militares que, ante el juez, reconocieron la «conducta acosadora» del hoy coronel. La mayoría de las afectadas eran oficiales que dependían directamente de Bajo Ojeda, pero también sufrió sus acosos la mujer de un suboficial. En cierta ocasión le dijo que se había puesto «muy cachondo» al verla caminar.

La única oficial que denunció los hechos, teniente médico en ese momento, aseguró que su superior intentó tocarle los muslos, y que después de varias insinuaciones y de que ella le mostrara su rechazo, Bajo Ojeda cursó un parte negativo. El resto de las oficiales destacó que el mando profería con frecuencia frases humillantes sobre sus cuerpos y que se insinuaba constantemente, muchas veces en público.
Además, estas oficiales tuvieron que soportar comentarios humillantes durante varios meses de quien entonces era su jefe. Así, la capitán denunciante recordaba frases como que «las canarias son muy calientes» o que «si ellas se iban a Canarias los fines de semana para follar».

El comandante J. P. R. acusó a Francisco Bajo Ojeda de mentir para proteger al entonces coronel jefe del «Garellano», L. G. R., al que el asturiano acusaba de haberle arrestado de forma arbitraria y de abrirle expediente por abandono de destino cuando, en realidad, estaba de baja por depresión. El asturiano sigue pleiteando para que se reconozca el acoso del que, asegura, fue objeto.

El coronel Bajo Ojeda fue denunciado en 2004 por una teniente médico por acoso constante. El Tribunal Militar Central le ha condenado a un año de prisión.

Violencia física
Bajo Ojeda fue condenado en 2006 a ocho meses de prisión por golpear a un subordinado en el año 2002, también en el cuartel de Munguía. «Mobbing» El comandante asturiano J. P. R. demandó al coronel del «Garellano», L. G. R., y a otros 13 mandos, entre ellos el entonces teniente coronel Bajo Ojeda, en el primer proceso por «mobbing» en el Ejército español. J. P. R. acusaba a Bajo de amparar al coronel L. G. R. en su actitud de acoso.

Los hechos ocurrieron en 2002, también en Munguía. Ninguno fue condenado, aunque prosiguen las acciones.

www.lne.es

5 de febrero de 2009

CC OO tramitó en 2008 un 40% más de denuncias por discriminación de mujeres

El Servicio de Defensa Legal para las mujeres en situaciones de discriminación laboral, creado por CC OO-

A hace doce años, tramitó en 2008 un total de 265 denuncias, lo que supone casi un 40% más que el año anterior y, en su mayoría, estuvieron relacionadas con la maternidad.

La secretaria de la Mujer de CC OO de Andalucía, Antonia Martos, presentó ayer en conferencia de prensa el balance del citado servicio correspondiente a 2008, año en el que atendió 1.729 consultas, relativas también en su mayor parte a cuestiones sobre la maternidad (980).

De las 265 denuncias por discriminación, 107 correspondieron a despidos por maternidad; 38 a casos de concreción horaria con motivo de la maternidad y 26 con la reducción horaria en dicho periodo, al tiempo que destacan 19 casos relacionados con acoso sexual y otros diez de acoso moral.

En el caso de las consultas, 980 se refirieron a cuestiones sobre la maternidad y 108 fueron sobre despidos.

www.ideal.es

22 de enero de 2009

Un trabajador español demanda a un hospital de Londres por discriminación racista

Un electricista español en Londres ha presentado una demanda contra su antiguo empleador, el grupo de hospitales privados HCA, y dos de sus jefes por acoso y discriminación.

El trabajador, al que el vespertino "Evening Standard" identifica sólo como un barcelonés llamado Juan Ignacio, denunció ante el Tribunal Laboral del barrio londinense de Croydon que aquéllos se burlaban de su acento y se mofaban constantemente de él utilizando frases de un personaje catalán llamado "Manuel", de una conocida comedia de la TV británica.

"No sé nada" y "¿Qué?" eran frases repetidas una y otra vez a modo de excusa por el personaje de la serie de televisión "Fawlty Towers", popularizado por el actor Andrew Sachs.

Juan Ignacio, que tiene 33 años, afirma que los administradores del hospital se refirieron en su presencia a España como un "país del Tercer Mundo" y preguntaron si había allí electricidad. El trabajador barcelonés, que lleva cinco años viviendo en Gran Bretaña, denunció también haber sido objeto de insultos de tipo homofóbico aunque él no es homosexual.

En la demanda presentada ante el tribunal, el trabajador afirma que los catalanes vieron también en su día el programa "Fawlty Towers" en catalán y se rieron a gusto porque "tenemos sentido del humor". "Pero -agrega Juan Ignacio- la gente (del hospital) se excedió. Ya no se trataba de un chiste, sino de algo muy desagradable. Me hacían sentirme como un idiota. Resultaba ofensivo. No se puede juzgar a la gente por el país de origen. Yo era muy bueno en mi trabajo. Puedo aguantar un par de chistes, pero cuando se repiten sistemáticamente, duele".

El trabajador, que afirma que los insultos continuaron hasta su dimisión del centro hospitalario en diciembre de 2007, reclama una indemnización de 30.000 libras (32.100 euros). Otro trabajador del mismo hospital, un polaco llamado Marcin Likomski, de 30 años, también ha presentado una demanda contra el centro por insultos racistas.

El hospital y los dos jefes demandados niegan las acusaciones de los dos trabajadores. El tribunal laboral emitirá sentencia el mes próximo.

www.laopinion.es

El síndrome del "trabajador quemado", el estrés y el "mobbing" son los "grandes riesgos emergentes" que se detectan entre los trabajadores del Servici

El síndrome del "trabajador quemado", el estrés y el "mobbing" son los "grandes riesgos emergentes" que se detectan entre los trabajadores del Servicio Vasco de Salud, cuya media de edad ronda ya los 50 años, según la responsable de Sanidad de UGT en Euskadi, Arantza Agote.

Agote, quien ha participado hoy en el Hospital Donostia de San Sebastián en una jornada sobre riesgos laborales organizada por UGT, ha explicado a Efe que el objetivo de estas sesiones es informar a los empleados de Osakidetza de estas problemáticas que, según ha dicho, pueden derivar en "problemas fisiológicos".

"Hay mucho papel hecho por parte del servicio de prevención de Osakidetza, pero luego no se da salida a los problemas de los trabajadores", ha denunciado.

Ha criticado que una "empresa" como Osakidetza, que es la "más grande a nivel de Euskadi", no ofrezca soluciones a sus empleados para recolocarlos en "puestos más adecuados".
Agote ha recordado que Osakidetza cuenta con casi 30.000 trabajadores habituales, ya que tiene una plantilla estructural de 24.000 personas, a las que hay que sumar 6.000 eventuales e interinos.

Ha opinado que el "síndrome del quemado" deshumaniza la sanidad, que habitualmente es "vocacional" y precisa que sus trabajadores se encuentren en buenas condiciones físicas y psíquicas.

Para solventar estos problemas, Agote demanda la elaboración de un "estudio claro de las funciones y cargas de trabajo de todos los servicios" y un "aumento del personal".
Ha asegurado que UGT ha detectado un incremento del número de trabajadores de Osakidetza que se dirigen a sus servicios por este tipo de casos, que deben detectarse antes de que deriven en situaciones de "estrés crónico".

www.finanzas.com

19 de enero de 2009

Cinco docentes están de baja psicológica por amenazas recibidas de padres de alumnos /Albacete

Según el Defensor del Docente de Anpe, Albacete es una de las provincias con mayor incidencia de casos

La provincia de Albacete tiene una alta incidencia de casos profesores con estrés y ansiedad que acaban en bajas laborales de larga duración -es decir superiores a quince días- como consecuencia del acoso de los padres de los alumnos consistentes en amenazas de denuncias e inspecciones con el fin de amedrentar al profesorado tanto en Educación Infantil, Primaria y Secundaria, según ha recogido el Defensor del Docente en Albacete, servicio auspiciado y financiado por el sindicato Anpe de Castilla-La Mancha.

«En la provincia de Albacete, tenemos un número relevante de casos de profesores que están en situaciones de baja laboral por ansiedad y depresión como consecuencia de los acosos constantes que han padecido por los padres de los alumnos que se centran en amenazas de distinto tipo», explicó Javier González Lara, psicólogo del Defensor del Docente en el sindicato Anpe.

Inspecciones
González Lara apuntó que entre las amenazas que se incluyen incluso aparecen las relacionadas con denuncias «ante la inspección y críticas injustificadas sobre formas de dar la clase o mala aplicación del reglamento de normas del aula por citar algunos ejemplos recientes».
«Se unen los alumnos y los padres para hacer escritos con la intención de echar a los profesores de sus aulas», aseguró el psicólgo de Anpe.

Insistió en la idea de que desde hace un tiempo, especialmente tras la reforma de la Logse, el profesorado pierde la autoridad que tenía como especialista cualificado en organizar los aspectos pedagógicos de los colegios y se delega en la sociedad representada por los padres y los alumnos una parte importante, en concreto, un 40% de las decisiones de tipo pedagógica.

Con esta situación, dijo González Lara, la Administración equilibra la balanza para que el colegio pueda seguir enseñando, «pues en estos casos, si no existiera la actuación administrativa, se acabaría imponiendo el curriculum que les interesara a los padres.

En esta situación, la Administración tiene que dar y ceder, pues no puede negar todo a los padres y dejar al margen a los profesores». «Con todo se está generando situaciones en las que hay que retirar a los profesores del aula para que los padres no presenten denuncias por barbaridades cuando la actuación pedagógica de este profesor es la correcta», expuso González Lara.

En cuanto al servicio que ofrece el sindicato Anpe del Defensor del Docente hay que destacar que se creó en marzo de 2006, auspiciado y financiado por el Sindicato Anpe-Castilla la Mancha, tras comprobar la existencia de un problema grave de agresiones hacia el profesorado en los centros educativos de la región relacionado con el deterioro de la convivencia. Es un servicio totalmente gratuito y confidencial dirigido a los docentes de todos los niveles educativos y de toda la región que han sido víctimas de agresiones, amenazas y acoso en su puesto de trabajo.

Personal
Los servicios que presta el Defensor del Docente son atendidos por un abogado y un psicólogo e integran varios recursos que se ponen a disposición del profesorado que los requiere como teléfono de primera asistencia con funcionamiento 8 horas al día, orientación y asesoramiento legal, orientación y asesoramiento psicológico e intervención terapéutica en los casos en que resulta necesario, formación del profesorado.

Esta actuación se fundamenta desde su inicio en las bases de servicio integral (asesoramiento, apoyo e intervención), servicio personalizado y servicio confidencial.
Según el Defensor del Docente, en la actualidad hay cinco profesores de baja psicológica en la provincia por amenazas de padres de alumnos.
SÁNCHEZ ROBLES

17 de enero de 2009

Funcionaria militar denunció por acoso sexual a un coronel

María Soledad Benítez recurrió al Congreso para denunciar al coronel Felipe Mercado Bogado.

Una denuncia por acoso sexual en la que está involucrado un coronel de la Justicia Militar fue presentada en la víspera en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados.

La funcionaria del mencionado organismo judicial militar, María Soledad Benítez, recurrió a la diputada Olga Ferreira de López, quien es vicepresidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Baja, para hacer pública una denuncia por acoso sexual contra el coronel de Justicia Militar, Felipe Mercado Bogado.

La recurrente manifestó que esta situación persiste desde hace unos 10 años, y que ya había denunciado el hecho ante el Comando en Jefe, cuando el general Carlos Liseras Bado era el presidente de la Suprema Corte de Justicia Militar. La denunciante sostuvo además que el general Liseras, en su momento, solicitó un diagnóstico psicológico para que se la presente como “en tratamiento psiquiátrico” de manera a desatender la denuncia y encubrir al coronel Mercado Bogado.

El 10 de octubre del año pasado, yo estaba sola en mi oficina, escuché su vos (del coronel Mercado Bogado) y me metí al baño. Él entró en la pieza (sic) de mi compañera a buscarme, y yo escuché que se fue y salí volando y me agarró en el pasillo. Me vino de atrás, me vino encima y me dijo, qué lindos pechos tenés’”, comentó la denunciante.
“Este coronel ronda mi oficina como un perro en celo, hace su recorrido en silencio y se va otra vez, y no es la primera vez que hace esto, en el 98 fui brutalmente torturada por este señor durante ocho meses”, agregó.

La funcionaria de la Justicia Militar explicó además que tras su primera denuncia, que data del año 1998, el mencionado coronel fue trasladado a otra dependencia durante 8 años, pero regresó al organismo en el año 2004.

CITARÁN A CORONEL
Dijo que en la víspera recibió advertencias por parte de un tercero, también de la Justicia Militar, de que no denuncie esta situación, por lo que ella ya solicitó su traslado de la institución, en la que trabaja hace 14 años, según indicó.

La diputada anunció que para la próxima semana estará convocando al coronel Mercado para una reunión en la cual se va a tratar el tema. Asimismo, la parlamentaria ya puso en conocimiento de lo ocurrido a la oficina de enlace de la Cámara de Diputados.

www.lanacion.com.py

9 de enero de 2009

CCOO denuncia "acoso" en Sufi-Cointer

La sección sindical de CCOO en la empresa Sufi-Cointer, concesionaria del servicio de limpieza del Ayuntamiento de Cádiz, ha denunciado "los sucesivos capítulos de acoso y hostigamiento que sufren los representantes sindicales y afiliados a esta organización sindical, sin ningún tipo de actuación por parte del gobierno municipal y con la complicidad del resto de secciones sindicales de esta empresa".

El rechazo de los representantes de CCOO a "modificaciones arbitrarias y no razonadas de las condiciones de trabajo de los empleados y empleadas de Sufi-Cointer",so bre todo en lo relativo a cambios de turno o de servicios, ha pro vocado, en opinión de este sindicato, "un continuo acoso y hostigamiento por parte de la dirección de la concesionaria tanto a los delegados sindicales de CCOO como a los trabajadores afiliados a esta organización sindical, siendo éstos los principales afectados por los cambios en los turnos y servicios, sin ningún tipo de razón y criterio organizativo alguno".

Además, "los representantes de CCOO asisten continuamente a la apertura de numerosos expedientes disciplinarios, con sanciones de suspensiones de empleo y sueldo, que deben dirimirse en el Juzgado de lo Social antela imposibilidad de su discusión y negociación en el marco normal de las relaciones laborales".

www.adn.es

6 de enero de 2009

De­nun­ció Ma­los Tra­tos Y Aco­so

La jo­ven Ma­ría del Ro­sa­rio Ro­sa­les Ba­rra­za, in­ter­pu­so una de­man­da por su­pues­to aco­so se­xual

Una ex em­plea­da de una em­pre­sa de­di­ca­da a la ven­ta de pes­ca­dos y ma­ris­cos pre­pa­ra­dos, acu­dió a la re­dac­ción de TRI­BU­NA de San Luis pa­ra dar a co­no­cer el mal ac­tuar del pro­pie­ta­rio de es­te ne­go­cio que se lo­ca­li­za en la ave­ni­da Nue­vo León y ca­lle 41.

La jo­ven Ma­ría del Ro­sa­rio Ro­sa­les Ba­rra­za de 24 años de edad, se­ña­ló que la­bo­ró por es­pa­cio de dos me­ses en el res­tau­ran­te pro­pie­dad del se­ñor Je­sús Val­tie­rra.

Co­men­tó que al no ac­ce­der ella a pro­pues­tas in­de­co­ro­sas que le hi­zo el due­ño del lo­cal, és­te op­tó por des­pe­dir­la, no sin an­tes dar­le un mal tra­to, en­tre los que des­ta­can las hu­mi­lla­cio­nes ver­ba­les en­fren­te de otras em­plea­das.

Re­fi­rió la su­pues­ta afec­ta­da, que no es la pri­me­ra oca­sión en que el em­pre­sa­rio tra­ta de con­ven­cer a sus em­plea­das de ac­tos in­de­co­ro­sos, pe­ro mu­chas de ellas aguan­tan es­te ti­po de agre­sio­nes psi­co­ló­gi­cas por­que te­men per­der su tra­ba­jo, pues la ma­yo­ría son ma­dres sol­te­ras que ne­ce­si­tan lle­var el sus­ten­to dia­rio a sus ho­ga­res.

Se­ña­ló que al mo­men­to de ser des­pe­di­da de su tra­ba­jo le ase­gu­ró a su pa­trón que las co­sas no se que­da­rían así, que in­ter­pon­dría una de­man­da en la Ins­pec­to­ría del Tra­ba­jo pa­ra exi­gir­le que le pa­ga­ra su in­dem­ni­za­ción y otra más en la Agen­cia del Mi­nis­te­rio Pú­bli­co por aco­so se­xual.

El pro­pie­ta­rio del ne­go­cio de ven­ta de ma­ris­cos, le ase­gu­ró a Ro­sa­rio Ro­sa­les que na­da po­dría ha­cer en con con­tra, ya que prác­ti­ca­men­te to­do San Luis le per­te­ne­ce y que na­die le ha­ría na­da.

De­cla­ró la afec­ta­da que en es­te lu­gar en don­de se de­sem­pe­ñó co­mo me­se­ra, las em­plea­das no cuen­tan con se­gu­ri­dad so­cial y de­ben tra­ba­jar en un am­bien­te hos­til, re­ci­bien­do hu­mi­lla­cio­nes por par­te del due­ño, ade­más de que el lo­cal es­tá en ma­las con­di­cio­nes de hi­gie­ne, por lo me­nos la co­ci­na.
Con­fió Ro­sa­rio Ro­sa­les en que las au­to­ri­da­des co­rres­pon­dien­tes ha­rán al­go al res­pec­to a fin de no per­mi­tir que el se­ñor Val­tie­rra si­ga ex­plo­tan­do la­bo­ral­men­te a las em­plea­das y hos­ti­gán­do­las se­xual­men­te.

SE DE­FIEN­DE VAL­TIE­RRA
El pro­pie­ta­rio del es­ta­ble­ci­mien­to de ma­ris­cos, Je­sús Val­tie­rra, afir­mó ayer a TRI­BU­NA que lo di­cho por la tra­ba­ja­do­ra es par­te de su for­ma de ser y acla­ró que lo úni­co que hi­zo fue sus­pen­der­la por ha­ber es­ta­do in­gi­rien­do be­bi­das al­co­hó­li­cas y es­tá pro­hi­bi­do, por ser de ti­po fa­mi­liar.

Val­tie­rra mos­tró in­clu­so una ac­ta que fir­ma­ron tres tra­ba­ja­do­res al mo­men­to del in­ci­den­te el pa­sa­do día tres, to­dos son tes­ti­gos de que es fal­so lo que me acu­sa y que es ella quien tie­ne un com­por­ta­mien­to agre­si­vo y gro­se­ro, e in­clu­so los agen­tes de la pa­tru­lla 2019 que se pre­sen­ta­ron al lla­ma­do que ella mis­mo hi­zo a la Po­li­cía Pre­ven­ti­va, tam­bién cons­ta­ta­ron su for­ma de ser.

El co­no­ci­do co­mer­cian­te ad­vir­tió que se­ña­la­mien­tos in­fun­da­dos le pue­den afec­tar y po­dría en­ta­blar una de­man­da le­gal de­pen­dien­do de lo que de­cla­re la tra­ba­ja­do­ra, quien di­jo no fue co­rri­da si­no sus­pen­di­da por to­mar al­co­hol en ho­ras de tra­ba­jo.

Ya me ha­bían ad­ver­ti­do de que es una mu­cha­cha muy con­flic­ti­va y re­bel­de, me lo di­je­ron sus mis­mas com­pa­ñe­ras, pe­ro no le to­mé la se­rie­dad al ca­so, cuan­do lo del in­ci­den­te sí le­van­ta­mos un ac­ta y la po­li­cía fue tes­ti­go, an­te quie­nes le cu­brí el as­pec­to sa­la­rial pa­ra que que­da­ra con­for­me.

Nun­ca he si­do gen­te que re­cu­rra a ac­ti­tu­des in­mo­ra­les y tan­to mi per­so­nal co­mo clien­tes sa­ben co­mo soy y que es fal­so que ha­ya asu­mi­do una ac­ti­tud in­de­bi­da en con­tra de es­ta tra­ba­ja­do­ra.

Val­tie­rra ex­pre­só que en­te­ra­ría a las au­to­ri­da­des la­bo­ra­les de la si­tua­ción aun­que des­co­no­ce si la tra­ba­ja­do­ra pre­sen­tó al­gu­na de­man­da.
Ro­sa­rio te­nía diez días tra­ba­ja­dos du­ran­te tres se­ma­nas, y no la co­rrí, la sus­pen­dí, re­cal­có. Por

Glo­ria NE­GRE­TE y Juan Car­los CAM­PA
www.oem.com.mx

5 de enero de 2009

Un 44% de los trabajadores madrileños sufre acoso psicológico y un 35,4% conflictos laborales, según UGT

El 44 por ciento de los trabajadores madrileños sufre acoso psicológico laboral y el 35,4 por ciento padece conflictos laborales, unas cifras obtenidas del análisis de diversos casos tratados por UGT.

Según los datos del sindicato, del total de casos analizados un 4,9 por ciento corresponden a la violencia laboral, un 4,2 por ciento constituye estrés, en 2,1 por ciento es ansiedad, un 1,4 por ciento es acoso sexual, un 0,7 por ciento es Síndrome del Burnout, un 0,7 por ciento es insatisfacción laboral, un 0,7 por ciento son casos de depresión laboral y un 5,5 por ciento son catalogados como Otros.

"Teniendo en cuenta la diferencia de género casi el 68 por ciento son mujeres, y el 32 por ciento varones, lo que confirma que aunque se da en ambos sexos, son las mujeres las que están más expuestas a estos riesgos", explica el sindicato.

UGT subraya que más de la tercera parte de los trabajadores atendidos vienen padeciendo esta situación durante un periodo de tiempo que oscila entre el año y los dos años, y el 43 por ciento lo sufren desde hace al más de 2 años. Además, resalta que casi el 55 por ciento de los casos atendidos se encontraba en situación de baja, y de ellos, la cuarta parte llevaba más de 6 meses en esta situación.

Haciendo un estudio más detallado de las bajas presentadas, casi la mitad tiene diagnosticada ansiedad (50,64 por ciento), ansiedad y depresión (16,46 por ciento), depresión (13,92 por ciento), estrés (5,06 por ciento) u otros (13,92 por ciento).

El sindicato advirtió de que cuando el trabajador afectado requiere los servicios de UGT, "ya ha tomado la decisión de actuar", aunque hay un 27 por ciento que no ha realizado ninguna actuación hasta que llegan a la central. Además, puntualizó que cuando el empleado accede a los servicios del sindicato, lo que pretende es mantener su puesto de trabajo (42 por ciento), mientras que en un 13 por ciento quiere irse de la empresa y en un 15 por ciento quiere denunciar la situación.

El sindicato también manifiesta que la empresa no actúa ante estos riesgos y cuando lo hace, "se producen errores de forma y de actuación". "La empresa suele considerar al trabajador afectado más como una molestia que como un problema derivado de la propia empresa, convirtiéndose así en parte activa del proceso", agregó, al tiempo que mantuvo que cuando se detecta el problema, la compañía suele plantear directamente la salida del empleado sin iniciar una investigación.

Finalmente, se quejó de que hay una falta de formación y de información de los profesionales sanitarios para poder identificar y tratar adecuadamente los daños derivados de la exposición a este tipo de riesgos de origen laboral.

Ante este panorama, UGT denunció que las empresas "son poca o nula importancia a los riesgos psicosociales que sufren los trabajadores y destacó que con la aprobación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales 31/1995, y al considerar en su concepto más amplio el término de salud laboral, se hace preceptivo evaluar la totalidad de los riesgos presentes en todas las situaciones de trabajo.

Sin embargo, el sindicato subrayó que en la práctica se hace caso omiso a esta normativa. "Es una cuestión escasamente presente cuando no inexistente en las evaluaciones de riesgos laborales. Además, los empresarios no reconocen, por lo general, la presencia de los factores de riesgo psicosocial o no lo consideran un problema que se dé en la relación laboral", afirmó. Asimismo, alertó de que esta problemática "crece de forma alarmante".

http://es.noticias.yahoo.com

14 de diciembre de 2008

El sindicato crítico niega que sus afiliados estén implicados por acoso a la sargento


«Tres de los cuatro imputados son de SAS-USO; uno, un líder sindical», apuntaron fuentes cercanas al caso

La Concejalía advierte de que no dejará impune ninguna conducta vejatoria

«Somos los chicos malos de la película, pero si alguien nos involucra y se equivoca, no vamos a dudar en tomar medidas».
Alberto de Miguel, delegado de SAS-USO, negó ayer que alguno de sus afiliados esté implicado en el caso de supuestas vejaciones y acoso a la sargento Mercedes García, como apuntan desde el anonimato otros trabajadores de Seguridad Ciudadana.

«Que sepamos, ningún afiliado nuestro, ni de otro sindicato, fue llamado a declarar por el expediente del Ayuntamiento ni recibió ningún comunicado oficial del Juzgado», repitió ayer una y otra vez el dirigente del sindicato crítico. Insistió además en que si así fuera, «los afiliados acudirían a nosotros porque es un tema laboral». También, en que, para aclararlo todo, lo mejor es llevarlo a los tribunales. «Nos parece perfecto que lo investigue un juzgado, será imparcial», aseguró.

Que el relato varíe en función de quien lo cuente (algunas fuentes apuntan a cuatro inculpados y otros a cinco) es buen ejemplo del follón interno que esconde este caso. Nadie se sorprende al hablar de tensiones en la Policía Local.
De hecho, ayer mismo algunas fuentes municipales cercanas al caso no dudaron en señalar con el dedo, aunque será un juez quien decida. Apuntaron que «tres los cuatro imputados son de SAS-USO. El principal incausado es un líder sindical».

«Mentiras y vejaciones»
El caso de la responsable de Violencia de Género de la Policía Local salió a la luz el viernes. García ha denunciado que es víctima de «constantes mentiras», «vejaciones» y «acoso con conotaciones sexuales» por parte de varios compañeros del cuerpo, algunos de ellos mandos de la Policía Local. La situación más grave, en su opinión, fue cuando a través de la emisora se la acusó de mantener relaciones con otro funcionario. Antes había presentado varias quejas internas, pero fue entonces cuando se decidió a presentar una formal ante el Registro Municipal. El asunto motivó entonces una investigación municipal, que derivó el caso al fiscal Gerardo Herrero. Ahora lo investiga el Juzgado de Instrucción número 2 de Oviedo, que llamará a declarar a los inculpados en los próximos días.

Aunque la sargento ha eludido realizar declaraciones, limitándose al proceso judicial abierto, personas cercanas a su círculo personal aseguraron que el supuesto acoso se debe a una «venganza» de personas afines al ex jefe de la Policía Local Agustín de Luis. Basaron esta acusación en que Benigno Suárez, marido de la sargento, miembro de UGT y presidente de la Junta de Personal durante 8 años, fue uno de que los que más denunciaron la polémica gestión de anterior responsable de Seguridad Ciudadana.

Responsables
Fuentes de la concejalía dirigida por Conchita Garciá insistieron en que la investigación abierta por el Ayuntamiento continuará hasta aclarar los hechos, que podrían acabar con la suspensión de empleo y sueldo de los implicados. «No dejaremos impune ninguna conducta vejatoria. Hubo una época en que todo se tapaba, pero ahora se esclarecerá todo». Alabaron, además, el «extraordinario trabajo» de Mercedes García.

SUSANA NEIRA
www.elcomerciodigital.com