31 de enero de 2010

Protección en un click

*Los agentes accederán a una base de datos que gestiona información sobre más de un millar de mujeres riojanas.

*La Policía Local de Logroño se incorpora al sistema nacional de seguimiento de las víctimas de género

Multiplicar la eficacia de los cuerpos policiales para garantizar al máximo la seguridad de las víctimas de maltrato. Ése es el objetivo del Sistema de Seguimiento Integral de los casos de violencia de género, al que desde ayer está adherida la Policía Local de Logroño.

Este sistema pionero es una aplicación informática que integra la información y los recursos operativos para realizar un seguimiento tanto de las víctimas como de los agresores y facilitar un mayor éxito de las medidas de protección. Desde que comenzó a funcionar en agosto del 2007, esta base ha gestionado información sobre 140.000 mujeres, de las que 1.014 son de La Rioja.
El delegado del Gobierno en la comunidad, José Antonio Ulecia, y el alcalde de Logroño, Tomás Santos, suscribieron ayer un acuerdo de colaboración, el segundo de estas características que, tras Oviedo, el Ministerio del Interior firma con una capital de España.

Ulecia destacó la cooperación mostrada por el Ayuntamiento de Logroño para participar en un programa que «permite mejorar la capacidad de respuesta». Además incidió en que la Policía Local «podrá hacer valoraciones de riesgo y tomar medidas de protección en igualdad de condiciones que la Policía Nacional». Asimismo, el seguimiento individualizado se hará tanto de las víctimas como de los agresores.

Por su parte, Tomás Santos subrayó la «voluntad política» y la «suma de esfuerzos» para «combatir la violencia de género y proteger a las víctimas».
El sistema aglutina a todas las instituciones, integra en una sola base de datos toda la información sobre las circunstancias que rodean a las víctimas, realiza valoraciones de riesgo de sufrir una agresión y adopta las medidas de protección necesarias. En esta base de datos se centraliza toda la información a disposición de las fuerzas de seguridad del Estado, así como de los Servicios Sociales, lo que permite mejorar el sistema de avisos y alertas ante posibles peligros para la seguridad de las personas afectadas.

Valoración de riesgo
La valoración del riesgo (cuatro niveles) de la víctima susceptible de sufrir una agresión se realiza a través de una herramienta construida a partir de 40.000 casos reales y validada por un equipo de catedráticos universitarios y especialistas de las Fuerzas de Seguridad e instituciones penitenciarias. Con esta herramienta se han realizado 414.713 valoraciones de riesgo, de ellas 4.838 en La Rioja.

Por otro lado, y según los datos aportados por el delegado del Gobierno, en la actualidad «están vivas 197 órdenes de protección y de seguimiento en Logroño y otras 179 en el resto de la comunidad».

Por último, Ulecia anunció que la responsable de la Delegación en materia de violencia de género, Ana Santos, va a participar en un taller de trabajo organizado sobre esta materia que se va a desarrollar con motivo de la presidencia española de la Unión Europea.

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Las denuncias por maltrato suben a 800 al año por el apoyo del entorno de la víctima

La Policía constata que familias y amigos animan cada vez más a las afectadas a desvelar la violencia que sufren

El entorno también ha gritado 'basta'. El coraje de las personas más cercanas a la víctima ha resultado «esencial» en el incremento de las denuncias por maltrato en la provincia de Alava. En total, a lo largo del año pasado, entre la Policía Local y la Ertzaintza abrieron 833 expedientes relacionados con la violencia familiar. Los datos suponen un incremento del 11% con respecto a 2008. En el conjunto de la comunidad autónoma, el crecimiento se quedó en el 3%.

«Muchas demandas llegan ya a través de terceros», desvelan en la Unidad de Violencia Familiar de la Policía Local de Vitoria. «Es común que la víctima acuda acompañada de un allegado o de una amiga para contarnos su difícil situación personal». Las diferentes campañas de sensibilización, coinciden fuentes de Aguirrelanda, se muestran cada vez más efectivas.
«Por supuesto que queda mucho por hacer, pero todo el mundo está cada vez más concienciado», certifican desde ambos cuerpos policiales. Antes, muchas personas miraban hacia otro lado al conocer algún caso de violencia de género. Ahora, cuando el entorno se percata de la terrible realidad, «suele aconsejar a la víctima que ya no puede seguir así». Muchas veces la denuncia se acelera además «pensando en el bien de los menores que hay de por medio».

Ayuda al agresor
Apoyo, comprensión y cobertura legal a la víctima. Para el verdugo, mano dura, pero también apoyo psicológico. «Intentamos que el maltratador sea consciente de que tiene un problema. Las entrevistas con estas personas -la gran mayoría, hombres- son vitales en cada caso», destaca un portavoz autorizado de la Unidad de Violencia Familiar de la Guardia Urbana.

«Antes, los 'trapos sucios' se lavaban en casa». A espaldas del resto del mundo. «Ahora, quizá pueda decirse que ya hay más parte del iceberg a la vista que bajo el mar», concretan en la comisaría de Aguirrelanda. Y es que el abanico legal desplegado por las instituciones es más amplio que nunca. Aun y todo, denunciar precisa de «un enorme valor» por parte de la agredida.

Su protección y el seguimiento de su caso, sostienen responsables de ambas policías, está «asegurado».


Un botón.
La Guardia Urbana computó a lo largo del pasado año más de mil llamadas telefónicas relacionadas con esta lacra social. «Hablamos de problemas serios que, a veces, carecen de una solución sencilla. De ahí que el día a día con la víctima resulte fundamental», resaltan los mismos medios.

En ambos cuerpos, agentes especializados asisten a las maltratasdas en los partes de lesiones, les acompañan al Palacio de Justicia -los magistrados son los encargados de dictaminar el desenlace de cada suceso- e intentan preservar su seguridad. «El seguimiento a la víctima resulta fundamental».

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«Señora, a usted la maltratan»

Llega una mujer a urgencias. Presenta un daño físico objetivable, es decir, que está a la vista. El médico tiene más que sospechas de un delito de malos tratos y da el parte judicial oportuno que se hace llegar al juzgado de guardia. «Lo malo es cuando no hay daño físico a la vista pero se hace evidente el maltrato a través de los signos: ansiedad, conflictos de pareja, depresión... Es el momento para decirle a la mujer: Señora, a usted la están maltratando». Al doctor Alfredo Calcedo, la frase le sale del alma. Está muy acostumbrado.

Él coordina el programa «Atiende» para mujeres víctimas de la violencia de género puesto en marcha por las consejerías de Sanidad y de Empleo y Mujer. Sabe de lo que habla porque él y su equipo han visto mucho dolor, físico y psicológico, en consulta y en las urgencias.

Proteger a los hijos
Los profesionales sanitarios tienen una herramienta muy valiosa para encarar este delito: la Guía de Actuación para abordar la Violencia de Pareja hacia las Mujeres, presentada recientemente por el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, y que debe estar llegando a todos los centros hospitalarios, atención Primaria y Especializada.

El objetivo es que las valoraciones e intervenciones profesionales se realicen de forma coordinada. La necesidad de la relación empática con la víctima de malos tratos es el eje principal del documento que además, clarifica los aspectos legales, tanto del hecho mismo de la violencia ejercida sobre la mujer como del papel profesional en la notificación de sospecha o del caso, sin perder de vista la identificación del riesgo, la protección de la mujer y sus hijos, así como las normas de confidencialidad que requieren esos casos.
«Lo que está oculto -asegura el doctor Calcedo- hay que hacerlo visible. En la mayor parte de las muertes, la víctima no había denunciado. Ese aspecto hay que trabajarlo desde el punto de vista médico, como social, psicológico y legal. Con coordinación».

A juicio del doctor Calcedo, «la mujer maltratada tiene una psicología muy especial. Se llega a identificar con el agresor. Incluso tiende a «agradarle» para que no le haga más daño, ni a ella ni a sus hijos si es que los hay. Es un auténtico mecanismo de supervivencia. Pero ante nosotros, que somos los primeros en atender sus lesiones, siempre termina por «dar señales» de que algo pasa».

«En estos momentos -añade- existen muchos recursos de todo tipo para ayudar a las mujeres maltratadas. Pero hay una pega: en estos casos debería de haber mayor rapidez en los tribunales. Desde que se presenta la demanda de divorcio, por ejemplo, hasta que se dictan las medidas provisionales pueden pasar muchos meses, hasta un año. Ahí, en ese periodo, está el peligro, el mayor riesgo, porque víctima y agresor, en muchos casos, viven en la misma casa».
Entiende el doctor Calcedo que los malos tratos no hacen distinción entre ricos, pobres o rentas medias. «Pero sí se sabe que la mayoría de las maltratadas han caído en la exclusión social. Por las causas que sean. Y están sin trabajo. Se juntan el hambre con las ganas de comer. Además, las más vulnerables son aquellas que han visto ese tipo de violencia en su casa, de pequeñas. Ocurre en el 20 por ciento de los casos porque, por desgracia, forma parte de su cultura familiar o de una familia desestructurada».
«De la cárcel se sale»
«Y ojo. La frase más común en el agresor es «de la cárcel se sale; del cementerio, no». Yo la he escuchado muchas veces», lamenta Calcedo.

Cuando la mujer maltratada está ante el médico, la guía establece la obligación de valorar y atender las lesiones físicas. Si la mujer expresa su deseo de presentar denuncia, el hecho se pone inmediatamente en conocimiento del juzgado. Cuando no quiere denunciar, se le ofrece ayuda integral porque, en algún momento, ya fuerte y sintiéndose apoyada, decide dar el paso hacia la demanda.

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