19 de febrero de 2009

CCOO insta a las empresas a analizar si presentan riesgos de acoso laboral

Más de 70 delegados sindicales asistieron ayer a un seminario sobre ´mobbing´ y acoso laboral en el que constataron las dificultades para poner en marcha medidas preventivas en los puestos de trabajo

Denunciarlo ante los jefes, llamar a la Inspección de Trabajo, contar con testigos dispuestos a declarar.
Muchas veces el verdadero calvario del trabajador que subre acoso laboral o mobbing comienza cuando decide poner fin al problema afrontándolo con los medios a su disposición. Esta es una de las conclusiones que se extrajeron ayer del seminario sobre acoso laboral que organizó el sindicato CCOO y que contó con la asistencia de 70 delegados sindicales y varios alumnos de formación profesional.
El consejo del ponente, Manuel Fernández Martín, técnico del Instituto Sindical del Trabajo, Ambiente y Salud (Istas), es que las empresas «se pongan manos a la obra en prevención y elaboren estudios sobre los posibles riesgos de acoso laboral que se pueden presentar antes de que se den situaciones problemáticas». Fernández valora que muchas empresas hayan incluido en sus convenios protocolos de intervención en caso de acoso laboral o sexual pero cree que «sería mucho más positivo hacer un trabajo de evaluación previa que evitaría tener que llegar a encontrarse con casos concretos».

Rechazo manifiestoEl experto considera que el empresario «tiene que declarar públicamente en la empresa su rechazo al acoso laboral y publicitar las medidas con las que cuenta para atajarlo o afrontarlo, de manera que se sepa claramente que es una conducta reprobable». También aconseja determinar muy claramente «cuáles son las conductas que se definen como acoso y no sólo atender a la víctima sino estudiar qué hay detrás». «Si para cambiar las cosas hay que proponer al empresario un estudio ´para detectar condiciones laborales deficientes para mejorar la productividad´ en vez de un ´estudio sobre el acoso laboral´ porque esto último resulta más agresivo, habrá que hacerlo para tratar de introducir este tipo de medidas».

En el debate posterior a las ponencias, los trabajadores pusieron de manifiesto los problemas con los que se encuentran en sus lugares de trabajo como el hecho de que los cargos intermedios no tengan conocimientos de gestión de recursos humanos o gestión de personal, lo que se suele traducir en problemas con la plantilla.

Fernández Martín asegura que un buen sistema para evitar que haya malentendidos y tensiones entre el personal y la dirección de la empresa «es articular reuniones de trabajo regulares sobre los problemas y sugerencias respecto al trabajo cotidiano e incluso crear un buzón de sugerencias en el que se puedan expresar posibles mejoras en las condiciones laborales». Para llegar a ello «hay que mejorar la comunicación entre jefes y trabajadores».

Según el ponente, la incomunicación es uno de los problemas básicos y se ha demostrado que su mejora tiene consecuencias positivas incluso en la productividad de la empresa. «Puede que esto no sea la panacea para solucionar todos los problemas pero es un pasito positivo importante», aseguró. «En el fondo los intereses del trabajador y del empresario son los mismos y este tipo de pasos suponen un beneficio para el empresario y para el trabajador».

Los asistentes también debatieron sobre la falta de motivación en el puesto de trabajo y sobre la importancia de poder promocionar dentro de la empresa con criterios objetivos. El ponente contó con la presentación de Agustín Gutiérrez Pérez, responsable de Salud Laboral de CCOO en Eivissa.

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