31 de marzo de 2009

Cuatro de cada diez denuncias por maltrato son de menores de 30 años

Ciento treinta personas participaron ayer en Huesca en el encuentro organiazdo por el IAM y el IAJ

Cuatro de cada diez denuncias por violencia de género son interpuestas por chicas entre 16 y 30 años, y el 25% de las mujeres muertas a manos de sus parejas o ex parejas también se encontraban en ese abanico de edad. Estos datos los puso ayer sobre la mesa durante una jornada celebrada en Huesca la directora del Instituto Aragonés de la Mujer, (IAM) Rosa Borraz, y dan muestra de la necesidad de actuar sobre este colectivo para frenar una tendencia que acaba cada año con la vida de decenas de mujeres.

De ahí que desde el Gobierno de Aragón se estén realizando importantes esfuerzos no sólo para atender a las víctimas, también en la prevención de esta lacra desde edades muy tempranas.

"La prevención tiene que ver con la sensibilización sobre el problema social de los malos tratos", apuntó Borraz, "y el ámbito educativo es clave". A nivel formal, desde el IAM se ha puesto en marcha de forma pionera "un programa de talleres y de intervención" en diversos institutos de Zaragoza, aunque el objetivo es "extenderlo y generalizarlo en todo Aragón" en los próximos cursos, y que se centra en "la elaboración de materiales didácticos que sirven para proporcionar herramientas a los profesionales de la docencia para su intervención en las aulas". Sin embargo, precisó la directora del IAM, desde esta entidad entienden también que "hay que trabajar con esa otra educación, la no formal, la que puede darse desde técnicos de juventud, monitores de tiempo libre" para que aprendan a detectar y manejar estas situaciones.

"La verdad es que nos preocupa la prevención de la violencia entre los jóvenes porque se ha detectado que existen conductas machistas", explicó Borraz, quien se mostró sorprendida de que "en una generación que se ha educado ya con unos planteamientos más igualitarios sigan perviviendo esquemas mentales que tienen que ver con los roles no igualitarios entre hombres y mujeres".

Borraz, que fue la encargada de inaugurar esta jornada junto a la directora del Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ), Marta Aparicio, llamó la atención asimismo sobre las "conductas de control y de dominación sobre sus parejas que siguen teniendo algunos jóvenes".

Este fue precisamente uno de los puntos analizados durante una jornada en la que también se presentaron algunas experiencias de trabajo con jóvenes para la prevención de estas actitudes, "conductas machistas que muchas veces no se perciben como tales, porque hay chicas que cuando sus parejas les controlan piensan que es porque sus las quieren".

Romper con esa percepción de normalidad que muchas veces se instala junto a estas actitudes, y que "en definitiva son conductas precursoras de lo que en un futuro puede ser la violencia", centraron ayer la intervención de la profesora de la Escuela Universitaria de Trabajo Social y Educación Social Ramón Llull de Barcelona Anna Berga, quien planteó "la necesidad de tener unos buenos indicadores de detección de lo que se conoce como los antecedentes no violentos de las relaciones", situaciones tales como el "control del chico sobre la chica, sobre cómo va vestida, saber a dónde va, con quién va", y que en muchas ocasiones son especialmente difíciles de detectar por que "las naturalizamos, no le damos mucha importancia" y se asumen como algo normal.

Son una primera pista a la que hay que prestar atención, aunque no se puede "decir que todos los chicos que ejerzan ese tipo de control después puedan ser tipos violentos".

Sin embargo, es necesario frenar esta tendencia, apuntó la experto, para lo cual habría que "trabajar para que en cada situación, por menor que sea, se trabaje desde esa autonomía, libertad, independencia de la chica para entender que en una relación afectiva no se deben dar por normales o naturales" estas situaciones, elementos que se denominan "micromachismos" y que en la adolescencia "se ven muy reforzados por el tipo de relaciones con los amigos y las amigas, que en esa idea de socialización entre pares. El grupo de iguales se acostumbra a presionar un poco al chico para que tenga también ese tipo de conducta, porque si no, no es suficientemente masculino, no puede permitir que la chica le supere en determinados aspectos, y por parte de la chica ocurre un poco lo mismo, su grupo contribuye también a perpetuar ese tipo de actitudes".

El abordaje del problema, "que es de carácter relacional", debe seguir esta misma línea, trabajando las relaciones entre ambos géneros.

"No tiene ningún sentido trabajar sólo con los chicos o con las chicas, creo que eso es un error. La mayoría de las campañas siempre van dirigidas a las mujeres, y en mi opinión eso lo único que hace es victimizar todavía más. Creo que, justamente hablando desde la prevención, los programas deben ir dirigidos a chicos y a chicas, a los dos".

"Ello no quiere decir que no debamos seguir trabajando cuando se manifiesta el problema en la atención a la víctima, la responsabilización de los agresores, pero paralelamente, si queremos hacer un trabajo verdadero de prevención, es con ese otro tipo de acciones con los que conseguiremos evitar esas conductas en el futuro". Se trata de una apuesta de futuro, "más a largo plazo, pero si lo olvidamos, finalmente nos quedaremos instalados en la acción desde la urgencia, y no abordaremos un cambio de actitud real que es lo que nos permitirá que en las futuras generaciones erradiquemos realmente este problema".

"El problema es que, por desgracia, en estos temas la sociedad no cambia de la noche a la mañana. Con estas jornadas tenemos que ir creando tendencias para que la gente vaya sensibilizándose. En las mujeres jóvenes pasa lo mismo que con el resto de las mujeres, que al principio también les cuesta darse cuenta, no a lo mejor en el tema de la violencia física, pero es que hay muchos tipos de violencia machista", apuntó en este sentido Marta Aparicio, cuyo departamento ha apostado por las nuevas tecnologías para acercarse a los jóvenes.

"Hacemos un trabajo directo a través de una herramienta, el telejoven.com , que es una página web y un teléfono de atención (902 11 12 80) para asesorar a los jóvenes no sólo sobre el tema de la violencia, también sobre la sexualidad, las drogas". Con ello se favorece "una consulta anónima que a veces, para una persona joven, resulta más fácil". Psicólogos y sexólogos atienden esta red con la se busca proporcionar a los chavales "esa información más directa, más personal, sobre los problemas concretos que tienen y lo que tienen que hacer".

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