29 de junio de 2009

La Oficina de Atención a Víctimas trató en 2008 un total de 249 nuevos casos

Asiste a los que han sufrido delitos violentos y contra la libertad sexual asesorándoles sobre sus derechos y ayudándoles a superarlo

Albacete fue la primera provincia de la Región, el 5 de mayo de 1998, en contar con una Oficina de Atención a las Víctimas de Delitos Violentos y contra la Libertad Sexual. De hecho fue una de las seis primeras oficinas de este tipo, junto a las de León, Murcia, Oviedo, Valladolid y Zaragoza, que entraron en funcionamiento en toda España.

Esta Oficina presta una función asistencial de carácter general en relación al delito sufrido. La finalidad primordial de este servicio no es otra sino paliar los efectos que este delito ha producido en la víctima, orientándola con el objeto de restaurar la situación en que se encontraba antes de sufrir este acto delictivo.
Entre otras funciones la Oficina facilita información a las víctimas, directas o indirectas, acerca de sus derechos. Asimismo remite a las víctimas a los recursos y servicios más adecuados para recibir un tratamiento médico, psicológico, social, así como jurídico, criminológico a las personas que han sido víctimas de un delito o que se encuentren en una situación de riesgo potencial. En este último punto se incluyen, por ejemplo, las personas que tienen una orden de protección por haber sufrido violencia doméstica.

Desde la Oficina también actúan como mediadores entre el aparato judicial y el entramado social como forma de acercar al ciudadano al conocimiento de las funciones que tienen atribuidas para delimitar el modo más adecuado de proceder en relación con la situación en la que se encuentra.
Por último además se ofrece información sobre las ayudas económicas que pudieran corresponder a las víctimas de delitos, conforme a lo establecido por la normativa.

Personal
La Oficina de Atención a las Víctimas de Delitos Violentos y contra la Libertad Sexual en Albacete está integrada por dos profesionales. Se trata de una agente procesal, Noelia Montealegre, y de una psicóloga, Isabel Hinarejos. En este último caso la presencia de un profesional de la psicología responde al convenio suscrito entre el Ministerio de Justicia, en las comunidades en las que estas competencias aún no está transferidas a la administración regional, y el Consejo General del Colegio de Psicólogos.

Desde su nacimiento hasta hoy la Oficina de Atención a Víctimas de Delitos Violentos y contra la Libertad Sexual de Albacete poco ha poco se ha ido consolidándose. El paulatino conocimiento de este servicio, según señaló Hinarejos, ha propiciado que cada vez sea mayor el número de usuarios atendidos.

En 2008, según los datos extraídos de la Memoria Judicial del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, en las instalaciones albaceteñas se atendieron un total de 249 nuevos casos.
En el resto de oficinas de la Región el número de nuevos casos atendidos fue mayor que en Albacete. Así en Cuenca se asistió a 281 nuevas víctimas, en Toledo a 312, en Guadalajara a 315 y en Ciudad Real a 493.

Pero, ¿cuál es el proceso que se sigue? Existen dos vías de entrada a estas oficinas. Así las víctimas de un delito violento o contra la libertad sexual pueden acercarse a la misma por voluntad propia o porque hayan sido derivadas por parte de otros servicios judiciales. Por otra parte, el propio personal de estas oficinas también se dirige a aquellas personas que son beneficiarias de una orden de protección para ofrecer sus labores de asesoramiento y apoyo a las víctimas, si éstas lo consideran necesario.
La atención que se presta en esta oficina se divide en distintas fases: acogida, información, intervención y seguimiento.

Montealegre es la responsable de la acogida de los usuarios. En esta primera fase «se intenta entender qué quieren, qué necesitan, y asesorarles o derivarles a otros servicios si es necesario», apunta la agente procesal quien insiste en que en la Oficina no hacen «de asesoría jurídica». Eso sí siempre intentan resolver las dudas que les pueda formular la víctima.

En la fase de intervención se trabaja en varios ámbitos. Por una parte en el área socio-asistencial derivando al usuario de la Oficina a algún otro organismo tales, por ejemplo, como los centros de la mujer, así como dando información sobre las ayudas a las que puede adoptar la víctima.

En esta fase también se produce el apoyo psicológico si la persona lo precisa. Mujeres víctimas de violencia doméstica, o menores son en muchos casos los que más necesitan este tipo de intervención. «Las víctimas de una agresión sexual suelen llegar con estrés post traumático, con crisis de ansiedad...», relata la psicóloga de la Oficina de Atención a las Víctimas. Problemas estos que si no son tratados pueden acabar cronificándose, según apunta Hinarejos.
El tratamiento psicológico suele estar compuesto por unas 20 sesiones y si en este tiempo la persona no mejora, o Hinarejos estima que sigue precisando ayuda, es derivada a los servicios de salud mental pertinentes.

Aproximadamente un 80% de las personas que reciben atención psicológica en esta Oficina han sufrido un delito de violencia doméstica. No obstante, en el cómputo global de los usuarios que pasan por esta Oficina hay de todo. «Tenemos víctimas de violencia doméstica, mujeres, menores, ancianos... hay de todo», detalla Montealegre.

En lo que va de año las estadísticas de la Oficina señalan que ya cuentan con más de un centenar de expedientes abiertos lo que da una clara idea del volumen de trabajo que soportan.

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