Cerca del 10% de las mujeres víctimas de malos tratos retira su denuncia

Según los datos con los que trabaja el Instituto Canario de la Mujer, de las 8.894 mujeres que denunciaron a su pareja o ex pareja por violencia doméstica durante el año pasado, 880 las retiraron. Pese a ello, los expertos lo consideran un buen dato, ya que años atrás se llegaban a retirar casi la mitad de las acusaciones.

De las 8.894 mujeres que presentaron denuncias en los Juzgados Exclusivos de Violencia de Género del Archipiélago durante el año pasado, 880 las retiraron, es decir, un 9,9% del total, según los datos con los que trabaja el Instituto Canario de la Mujer (ITC) y que ha publicado en su informe sobre Incidencia de la Violencia de Género en Canarias.

Este porcentaje es muy similar a la media estatal que se sitúa en el 10,09%, algo que desde la Subdelegación del Gobierno se valora muy positivamente, ya que "Canarias suele estar a la cabeza en número de denuncias y en número de víctimas, bastante por encima de lo que supone la media nacional, así que todo lo que supone acercarse a la media nacional en el Archipiélago es sinónimo de que la situación mejora".

"El peligro de que se retiren las denuncias es que la mujer se queda sin protección", recuerda la secretaria de Política Social del Partido Socialista, Marián Franquet. En este sentido, cabe resaltar que en el informe sobre la Incidencia de la Violencia de Género en Canarias elaborado por el ITC se refleja que 2.073 mujeres obtuvieron una orden de protección después de haber interpuesto una denuncia contra sus parejas o ex parejas, lo que supone que se le concedieron a más de un 74% de las mujeres que lo solicitaron.

Sin embargo, y aunque la cifra se considera positiva "porque no hace muchos años se retiraban más de la mitad de las denuncias", cabe destacar que "para nosotros cuando las mujeres deciden retirar los cargos que han presentado contra sus maltratadores es un fracaso, así que es necesario seguir trabajando para concienciar a las mujeres de que si quieren pueden ser más independientes social y psicológicamente", señala un agente de la Guardia Civil encargado de escoltar a más de medio centenar de mujeres con órdenes de protección en el norte de Tenerife, que además explica que "estas cifras se me hacen excesivamente pequeñas, creo que es porque hay mujeres que quieren quitar los cargos pero como saben que de oficio se va a seguir con ellos, no lo hacen, pero de facto son denuncias quitadas".

Principales causas

En cuanto a la causa de que una mujer decida retirar la denuncia contra alguien que la ha maltratado física o psíquicamente es algo muy estudiado por los expertos en violencia de género y coinciden en señalar lo que se denomina "la segunda luna de miel".

"Después de un episodio violento llega el arrepentimiento por parte del agresor y con ello desata las emociones de la víctima, asegurándole que no volverá a suceder, que fueron las circunstancias que lo superaron, que la quiere muchísimo y que no quiere vivir sin ella. Finalmente llega la reconciliación, que dura hasta que vuelve a producirse una nueva agresión. Es en el momento de la reconciliación cuando la mayor parte de las mujeres deciden quitar las denuncias para demostrar así su voluntad de arreglar las cosas", explica Franquet.

No obstante, la secretaria socialista explica que "también hay denuncias que se retiran por miedo, porque los hombres amenazan a las mujeres con que de lo contrario no les dejarán ver a los niños, o que se los quitarán y los pondrán en su contra, etc.... En cualquier caso, cuando una mujer que ha sido agredida y da el paso de denunciar, da un paso atrás y retira la denuncia, para mí es como si no hubiera denunciado, aunque la Fiscalía siga el caso de oficio".

Y es que una de las grandes novedades que parece haber aportado la Ley Integral de Violencia de Género es precisamente la garantía de que en los casos en los que sea necesario, el fiscal de oficio podrá seguir con la causa abierta contra un hombre acusado de malos tratos incluso cuando la denunciante retira la acusación.

"Esto es muy positivo -explica Franquet- porque antes se quitaban las denuncias para que el agresor no fuera a la cárcel y evitar así la presión social, pero ahora, si se considera que hay pruebas suficientes, igualmente irá a la cárcel".

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