27 de diciembre de 2008

El servicio a niños de madres víctimas de violencia machista duplica las plazas

El trabajo psicoeducativo se realiza en esta aula y mediante juegos, porque son niños. Foto: Anna Sastre

El éxito del programa municipal pionero en Balears permitirá abrir el próximo año sesiones específicas para adolescentes

El programa municipal Mentories, iniciado el pasado junio, ha tenido que duplicar el número de plazas ofrecidas debido a la cantidad de casos derivados por los Servicios Sociales.

La atención que ofrecen se dirige a niños que han sufrido violencia de género en el ámbito familiar, debido a que sus madres han sido maltratadas.

Esta experiencia pionera en Balears iba dirigida en principio a una decena de niños de entre cinco y diez años, pero se ha ampliado tras el éxito de la primera etapa. Actualmente hay una veintena en dos grupos: uno de niños de cinco a nueve años y otro de chavales de diez a catorce años.

El programa impulsado por la concejalía de Igualdad y Derechos Cívicos está siendo desarrollado por la Fundación Ires, que espera ofrecer un nuevo servicio a partir de febrero a adolescentes de entre 15 y 18 años con problemas de violencia machista en sus hogares, según explicó la educadora social Elena Garau.

Tanto ella como la psicóloga Teresa Rosselló trabajan durante unas dos horas a la semana con los niños y sus madres. Desarrollan una veintena de sesiones grupales, aunque las progenitoras y sus hijos están separados. Con los menores, el trabajo psicoeducativo "se lleva a cabo a través de juegos, ya que son niños, pero las intervenciones son diferentes según los grupos de edad", explican.

"Lo más importante -destaca Garau- es crear un ambiente de confianza para que no les sea tan difícil expresarse". Por eso durante las primeras sesiones los temas son menos directos, como los roles de género, la autoestima, etc. "Poco a poco se va profundizando" en el trauma de la violencia.

El objetivo de este servicio es "disminuir los efectos negativos sobre el menor". La intervención tiene dos ejes: la prevención para evitar que los niños interioricen las formas de relación asociadas a la violencia y el apoyo para fortalecer sus habilidades para afrontar el trauma vivido.

Principal preocupación

La principal preocupación de las madres es el bienestar de sus hijos y que sean capaces de expresar sus sentimientos. También les angustia que repitan el patrón de conducta violenta aprendido en el hogar, tal como explicaron las profesionales de la Fundación Ires.

La mayoría de las progenitoras ha rehecho su vida, aunque haber dejado a la pareja maltratadora no es un requisito para que los hijos puedan asistir a las sesiones.

Desde que comenzó Mentories hace medio año, han atendido a 42 mamás y 63 niños de entre cuatro y 18 años, aunque por el momento una treintena ha recibido la ayuda psicosocial.

Otro dato aportado por Ires es que la mayor demanda del servicio es para niños pequeños, tal como destacó Garau, quien valora que las madres pidan que continúe, ya que han quedado muy satisfechas.

RAQUEL GALÁN

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