15 de febrero de 2009

Antígona atiende más de 200 casos de malos tratos en sus cinco años de vida

Concha Baena, durante este tiempo presidenta de la asociacion, cede el cargo a Pilar de la Viña

Después de cinco años al frente de la Asociación Antígona, Concha Baena da el relevo de la presidencia a Pilar de la Viña, quien a partir de ahora asumirá las riendas de una organización que nació con el objetivo único de dejar constancia ante la sociedad de su repulsa a la violencia de género y luchar con todas sus fuerzas para erradicarla. Y el resultado ha sido “muy graticante” al poder haber atendido a más de 200 mujeres, “tantas como denuncias”, según explica Baena, una cifra a la que hay que sumar la multitud de llamadas pidiendo consejo a las que Antígona ha contestado, más otros tantos casos de acoso laboral, “silenciado incluso por los propios sindicatos”, denunció.
Asegura que el trato de los agentes de la Policía Local, Policía Nacional y de la Guardia Civil con las víctimas es “exquisito”. A este respecto, menciona que en estos cinco años de vida de Antígona, que en la actualidad cuenta con 120 socios, las fuerzas y cuerpos de seguridad han experimentado un proceso de transformación muy importante en relación con la violencia de género, “quizás porque son muy disciplinados”.

Su siguiente ‘caballo de batalla’ será pedir al Colegio de Abogados que realice una lista de aquellos profesionales que quieran y sepan afrontar los casos de violencia de género. Y es que desde la experiencia de Antígona no todos los abogados valen para ayudar a mujeres que se encuentran inmersas en un problema de violencia de género e “incluso hay algunos que con sus ideas personales hacen un flaco favor a las víctimas”, lamentan Pilar y Concha.
Por último, ambas quieren lanzar un mensaje de esperanza y libertad a las mujeres “víctimas y supervivientes” que han pasado por los malos tratos y han salido ya que “se puede salir” de este infierno.

Pilar de la Viña
“Deseo que siga disminuyendo el número de mujeres muertas”. Ésta es petición de la nueva presidenta de la asociación Antígona, Pilar de la Viña, que esta semana ha tomado el mando del timón de la agrupación. Con muchas ganas de trabajar y de seguir la estela de su predecesora en el cargo, Concha Baena, la psicóloga Pilar de la Viña explica las actividades que tienen previstas para los próximos meses. “Las mujeres nos están demandando la creación de un grupo de autoayuda con una psicóloga que dirija el grupo para ayudarles a superar lo que ha pasado”, indica.
Además, tienen previsto crear un grupo de trabajo “dirigido a analizar los recursos de las administraciones públicas a las mujeres y cómo funcionan desde un punto de vista práctico”. Y continuarán con las manifestaciones de los días 25 de cada mes. Este año, de momento, ha habido dos muertes así que “durante la concentración del mes de enero no hubo que cambiar el número y eso fue una satisfacción”, explica.

Por otra parte, la nueva presidenta de Antígona señala que las mujeres maltratadas no tienen un perfil definido:“No hay edades, no hay capa social, ni nivel económico ni profesional”. Y, explica, aunque la mayor parte de las víctimas son mujeres, a la asociación también ha acudido algún hombre en busca de ayuda. Una ayuda que, por supuesto, también encuentran. Respecto al matratador, “no hay un perfil tipo pero hay una horquilla con diferentes niveles: el hombre sádico y narcisista que disfruta haciendo daño y que forma parte de su forma de ser; el hombre que se mueve por los celos y se siente engañado o el que es muy impulsivo y tiene mucha agresividad”. La psicóloga destaca que “el narcisista no sufre mientras que el celoso sí”. Además, continúa, “los niños que han vivido la agresividad en sus casas distorsionan su desarrollo y de mayores pueden ser violentos o, incluso, víctimas”.
Pilar destaca que éste es un trabajo a tiempo completo que requiere más ayuda e implicación por parte de las administraciones. Y apunta como un buen dato que “han aumentado las denuncias de los familiares de las víctimas”. Y es que, explica, “las víctimas no saben qué va a pasar y les produce mucha angustia meterse en el proceso legal por lo que es importante que denuncie el entorno”.

Concha Baena
Ha sido hasta ahora Concha Baena la máxima representante de una asociación que desde el 6 de enero de 2004 lleva dando la cara por todas las mujeres que en algún momento han sufrido cualquier tipo de violencia machista. Su valía y la fuerza que irradia en cada gesto y en cada palabra de repulsa de cualquier maltrato hacia la mujer la han hecho digna merecedora del mayor de los respetos de la sociedad. Porque con ella nació Antígona, la primera organización creada en Soria con sólo un camino trazado: la erradicación de la violencia de género.

Asegura que se queda con la respuesta de la sociedad soriana y con la satisfacción del trabajo bien hecho, aunque al mismo tiempo reconoce que en estos cinco años la desazón ha sido más que evidente al darse cuenta de la situación que están pasando muchas mujeres. Esta enfermera que ha dedicado la mayor parte de su tiempo libre durante los últimos cinco años a la asociación seguirá en la junta directiva de Antígona, pero da paso a Pilar porque considera que “la asociación debe ser capaz de renovarse; si no no vale para nada”. Su mirada inquieta refleja la melancolía de quien ha visto sufrir a tantas mujeres desesperadas, y al mismo tiempo desvela cierta aflicción por una sensación de no haber podido solucionar todo lo que le hubiera gustado. “Pero esto sigue y hay que continuar trabajando para condenar la violencia de género hasta que no exista”, manifestó convencida de que en Soria tendría que ser más sencillo conseguir una sociedad más justa. “Lo peor es cuando hay hijos por medio, porque queda una angustia increíble, ya que la mujer no se atreve a denunciar y no puedes obligarla”.

A este respecto, insiste en que las órdenes de alejamiento deberían ser factibles y si no se pueden cumplir, a la cárcel, porque de lo contrario se está criminalizando a la víctima, que no se atreve a salir de su casa y de su entorno. Desde su experiencia asegura que “no hay edades ni capa social determinada, ni nivel profesional de las víctimas. En este saco podemos estar todas”. Sobre todo anima a que las mujeres que se vean en una situación de violencia de género denuncien porque “si no se conoce el problema no se puede proteger a la víctima”.

Irene Llorente / Verónica Reglero
www.heraldodesoria.es

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