21 de agosto de 2008

El presunto pederasta de Huelva obligó a sus hijas a ver e imitar pornografía

El acusado abusaba de las menores cuando su esposa iba a trabajar

Las dos niñas de nueve y diez años que la semana pasada afirmaron ser objeto de abusos sexuales por parte de su padre, Fabián B. A, de 35 años, declararon a la policía que las agresiones se producían tanto en zonas despobladas, dónde las llevaba el padre en su propio coche, como en el propio domicilio familiar, donde las obligaba a ver e imitar escenas de películas porno, según informó ayer la Subdelegación del Gobierno en Huelva.

Además, una prima de las pequeñas, que vive con ellas en casa del agresor, también declaró haber sido agredida por el acusado, que permanece en prisión preventiva.

Para cometer las agresiones sexuales en su casa, Fabián B. A. aprovechaba los fines de semana, ya que su esposa -y madre de las pequeñas- se ausentaba para ir a trabajar a un bingo en Lepe, a unos 30 kilómetros de Huelva. Según la declaración de las crías, el imputado les mostraba películas de contenido pornográfico, obligando en ocasiones a las niñas a imitar lo que veían.

El adulto las sometía con amenazas, usando incluso cuchillos -los agentes han intervenido dos-, para que accedieran a todos sus deseos y para que no contaran nada de lo ocurrido a ningún otro familiar. Asimismo, la policía ha requisado una importante cantidad de material informático del acusado y un disco duro de su ordenador.

La policía sigue investigando si el acusado pudo haber atacado a más niños. De hecho, fuentes de la Fiscalía de Huelva han reconocido que más menores aparecen en los atestados policiales remitidos al juzgado.

Por su parte, el delegado de la Junta de Andalucía en Huelva, Manuel Alfonso Jiménez, aseguró ayer que, "si fuera necesario", la Junta se haría con la tutela de los niños que presuntamente han sufrido abusos. En estos casos, según explicó el delegado, "suele intervenir la Consejería para conocer lo sucedido y ver si hay que hacer alguna resolución".

La detención de Fabián B. A., que trabaja como camarero y reside en la barriada onubense de La Navidad, se produjo el pasado jueves a raíz de una denuncia de su mujer, Ingrid Palma, que afirmaba que éste le había amenazado de muerte. Lo que en un principio parecía un caso de violencia de género, terminó derivando en algo más escabroso: el de abusos a menores. En su denuncia, Palma manifestaba que su esposo había mantenido relaciones sexuales con una prima, hacía unos nueve años, cuando ésta sólo tenía ocho.

Además, la mujer hacía constar que, al parecer, una hija de su marido, de 13 años y fruto de un matrimonio anterior, había manifestado en distintas ocasiones que su padre había pretendido tener relaciones sexuales con ella. Esto alertó a la Policía, encargada de la instrucción de diligencias, que indagó sobre estos hechos. Tras saberse que en el domicilio familiar vivían dos hijas de nueve y diez años y una sobrina de ocho años, la policía optó por tomarles declaración. El juez de guardia ordenó el sábado el ingreso en prisión de Fabián B. A., después de tomarle declaración en presencia de un letrado. Al acusado se le imputan delitos de abuso de menores y de malos tratos a su propia mujer. Por su parte, tanto una hija del anterior matrimonio del acusado como el padre de éste negaron todos los delitos que le imputan a Fabián B. A.

M. J. ALBERT
ELPAIS.com

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