Cambio de roles desde la escuela

Los profesores de la provincia de Sevilla aprenden a formar para la convivencia en igualdad de género

M . Conradi

Unos 250 profesores de Sevilla y su provincia -en su gran mayoría, por cierto, mujeres- han participado en las jornadas organizadas por el Centro del Profesorado (C.E.P.) de Sevilla, en colaboración con el Instituto Andaluz de la Mujer, titulado Construyendo igualdad. Jornadas de formación en igualdad de género 2008.

Lourdes García Cebrián y Concha Portillo, responsables del Plan de Igualdad en el CEP de Sevilla, se encargaron de organizar estas jornadas, que pretenden, según explica Lourdes, "seguir formando al profesorado para que puedan llevar a la práctica" la educación en igualdad, es decir, "trabajar con el alumnado en todos los niveles del ámbito educativo, desde Infantil y Primaria, en igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y para prevenir la violencia de género desde edades tempranas".

Elena Simón Rodríguez, experta en análisis de género y coeducación y una de las ponentes de las jornadas, considera que "la sociedad incita a los chicos a ser violentos", aunque en la escuela esos comportamientos violentos "no se pueden disculpar, ni tolerar".

Una violencia de género, añade Elena, que no consiste sólo "en pegar a las niñas, sino también hostigarlas, acosarlas sexualmente, tratarlas como a un objeto, insultarlas...". Pero, ¿es la violencia una característica masculina, o el aumento de actitudes violentas entre las alumnas parece indicar lo contrario?. "El modelo masculino es el que tiene prestigio, es un modelo que tiene éxito, y las chicas lo copian".

Es un tema, apunta Concha Portillo, de estereotipos vinculados al género masculino que exigen la dominación "no sólo sobre las chicas, sino sobre sus propios compañeros".

Sobre nuevos modelos, tanto femeninos como de masculinidad, hablaron ante los asistentes la propia Elena Simón y el profesor y escritor malagueño Miguel López Castro. Éste se refirió a la necesidad de hacer ver a los alumnos, indecisos y confusos ante el cambio de roles, "qué ganan con ese cambio", porque hasta ahora lo que hacen es reforzar el antiguo modelo patriarcal -basado en la fortaleza, el poder, la infalibilidad (que ilustró, por cierto, con una foto del papa Benedicto XVI)- que tienen como resultado mayores tasas de fracaso escolar (ya que lo académico se percibe como "un espacio femenino"), suicidio, accidentes de tráfico, dislexia o adicciones.

A cambio, se propone un hombre "más justo y solidario", con una "sexualidad más completa y satisfactoria", "más salud", que gane "en autonomía personal y funcional"... y para ello, explica Miguel López Castro, es fundamental cambiar las metodologías y las formas de trabajar en la escuela cambiando el conflicto "por el trabajo deliberativo", la competitividad por la cooperación, la razón por "la empatía, la sensibilidad...".

Las mujeres, apunta Miguel López Castro, tienen más claro sus objetivos en cuanto al cambio de roles, aunque según explica Elena Simón, eso no sea siempre tan evidente y sean frecuentes las "adaptaciones" encubiertas de chicas "que parecen muy modernas, con piercing y ombligo al aire" pero que perpetúan modelos que obedecen, explicó, a su papel de "rol complementario" y a leyes como las "del agrado, del cuidado, la laboriosidad, la entrega...".

Nuevos modelos que ella describió humorísticamente, como las todoporamor.com, "que renuncian a todo por su chico. ¿Que si es malo eso? Bueno, creo que todo lo que fomente la autonomía personal, tanto para chicos como chicas, en la escuela es positivo. Crear individuos completos, naranjas completas, no medias naranjas".

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