11 de septiembre de 2008

Declaraciones del presunto asesino de Mari Luz: "Hay que tener más cuidado con los hijos"


Santiago del Valle explica, en una carta a ``La Nueva España´´, del grupo de FARO, su visión sobre la muerte de la niña Mari Luz
En medio de la polémica y el fuego cruzado entre la Fiscalía General del Estado y el instructor del expediente abierto al juez de Sevilla Rafael Tirado, que no ordenó ejecutar la sentencia que condenó por abusos sexuales al presunto asesino de la niña onubense Mari Luz Cortés, éste, Santiago del Valle, ha accedido a hablar con el grupo de prensa al que pertenece FARO DE VIGO.
En una carta escrita a mano durante su permanencia en el centro penitenciario de Villabona este verano, Del Valle responde por escrito a parte de una solicitud de entrevista realizada por este periódico. En una hoja de libreta y bolígrafo azul en mano, con una letra no siempre legible a la primera, el presunto asesino esquiva las preguntas que lo comprometen en demasía y centra su misiva en autoexculparse del crimen.
El cadáver de la pequeña, de 5 años, fue localizado el pasado 7 de marzo, 54 días después de que desapareciera, el 13 de enero, cuando salió sola de su casa, en la barriada de El Torrejón, en Huelva, para ir a comprar chucherías. Implicado en al menos cinco causas por abusar sexualmente de niñas desde 2001, Santiago del Valle responde sin que le tiemble la mano a la pregunta sobre qué sintió durante las batidas organizadas en búsqueda de la niña, cuyo cadáver fue localizado flotando en la zona del muelle del Petróleo, junto a la punta del Sebo de la capital onubense: "Me dio igual, me era indiferente", afirma. "Hay que tener más cuidado con los hijos y no dejarlos todo el día en la calle solos, que luego pasan las cosas y vienen las lamentaciones". La frase, respetando la presunción de inocencia, describe a un hombre frío, y se suma a las muchas pinceladas que construyen su historial delictivo, como cuando en 1998 obligó a su hija de cinco años (los mismos que tenía Mari Luz) a masturbarlo por primera vez.
No la maté"
"Yo no maté aMari Luz", afirma Del Valle, que después de ser detenido llegó a confesar a la Policía su implicación en la muerte de la pequeña, de la que dijo que falleció "accidentalmente" tras caer por las escaleras de su casa y darse un golpe en la cabeza. Afirmó que atrajo su atención ofreciéndole un caramelo. Incluso su esposa lo implicó, sin quererlo, cuando fue interrogada. La mujer explicó que el día que desapareció Mari Luz, Santiago había llegado a casa manchado de barro. El dato fue clave.
"Esa declaración no es correcta", afirma en su carta, planteando el caso como una especie de confabulación en su contra. "Todas las afirmaciones que hice fueron obligadas porque era lo que ellos (la Policía) quería tener.Yo no maté a Mari Luz porque, independientemente de que no la conocía, según los informes de la autopsia, cuando murió, yo no estaba en Huelva, ni mi mujer tampoco. Estábamos en Sevilla y luego en Granada. En Sevilla, en la sala de urgencias del Hospital Virgen del Rocío. Yo tengo la tensión alta y fui por ello y allí pasamos la noche hasta el día siguiente, que tuve que firmar en las libertades provisionales del Juzgado. Después nos fuimos a Granada. Por lo tanto, la niña no pudo estar conmigo".
Cuando llegué a casa con mi mujer -continúa-, ya ellos, los gitanos, habían entrado rompiendo la puerta, buscando a la niña, sin pedir permiso alguno. Luego tuve que dejarlos entrar, pero con la Policía. Tuvimos que marcharnos de allí por sus amenazas, las de los gitanos". A la pregunta de si considera que necesita un tratamiento, dados sus antecedentes sexuales con menores, no duda: "Sí".
Santiago del Valle se mantiene ajeno al revuelo en torno a la presunta negligencia judicial cometida en su caso: entre otras irregularidades, el hombre se presentaba los días 1 y 15 de cada mes en un Juzgado de Sevilla mientras otro de la misma ciudad lo tenía en situación de paradero desconocido, lo que le impedía ser citado para cumplir una condena de dos años y ocho meses por abusar de su hija.
Precisamente, la comisión disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), de la que forma parte el magistrado asturiano Agustín Azparren, decidirá hoy la sanción que impondrá al juez Tirado. Ésta podrá ir desde una multa de 3.000 euros, como plantea el instructor, a la suspensión, traslado o, incluso, suspensión de la carrera, como avala la Fiscalía General.
En su carta, Santiago del Valle sí responde sobre la menor gijonesa a a la que acosó en Gijón, por lo que aceptó el pasado mes de julio una pena de dos años y medio por abuso sexual y coacciones. Una vez más, echa balones fuera, a pesar de la condena. "Resulta que me apunté para estudiar en el colegio en que estaba ésta (la menor asturiana). Pero yo no sabía nada de esa gente".
Del Valle se puso en contacto con la niña gijonesa a través de un mensaje incluido en la revista Telenovelas. Le aseguró que era una joven de 13 años y que quería ser su amiga. Las ilusiones de la asturiana, que sólo pretendía hacer amigas por correo, se vinieron abajo cuando Del Valle se presentó en su domicilio para verla. La abuela de la menor impidió que se conocieran, por lo que el pederasta, frustrado, comenzó a perseguirla hasta el Instituto Mata Jove, donde la adolescente estudiaba. Llegó incluso a matricularse en cursos para adultos para poder estar cerca de ella.
IDOYA RONZÓN

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