29 de septiembre de 2008

Unos 50 miembros del PP-A, encabezados por Arenas, realizan una concentración silenciosa contra la violencia de género

Portan una pancarta en la que reclaman protección individual para las víctimas que poseen una orden de alejamiento contra sus maltratadores

Alrededor de medio centenar de miembros del PP-A, encabezados por el presidente del PP-A, Javier Arenas, realizaron hoy una concentración silenciosa a las puertas de la sede regional del partido para condenar la violencia de género, así como la última muerte de una joven que por esta causa se produjo este fin de semana en la localidad malagueña de Nerja.

Los miembros del PP-A, entre los que se encontraban el secretario general del PP-A, Antonio Sanz; el portavoz municipal en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Ignacio Zoido; el portavoz de Infraestructuras del PP-A, Jaime Raynaud o la responsable de Urbanismo, Alicia Martínez, portaban una pancarta en la que podía leerse: 'No más víctimas de violencia de género. Protección individual ¡Ya!'.

En declaraciones a Europa Press, Arenas indicó que su partido ya ha reclamado en diversas ocasiones en el Parlamento de Andalucía que el Gobierno andaluz ponga en marcha, como ya se ha hecho en otras comunidades autónomas, un plan de protección individual para mujeres maltratadas.

El presidente del PP-A apuntó que "desgraciadamente" se siguen produciendo muertes por este tipo de comportamientos "absolutamente injustificables" y subrayó que la formación que dirige seguirá "clamando en el desierto" para que este plan se haga una realidad en Andalucía. "No hay ninguna justificación para no ponerlo en marcha", consideró.

En esta línea, Arenas subrayó que toda la inversión que se destine a esta cuestión será "poca" si el citado plan consigue salvar al menos la vida de una persona. Así, según concretó, se trataría de poner en marcha un plan en colaboración con la Policía Nacional, la Guardia Civil, la Policía Local e incluso con la seguridad privada, si fuese necesario, sobre aquellas mujeres maltratadas que lo soliciten y sobre las que exista una orden de alejamiento.

"Se nos ponen los vellos de punta y se nos cae el alma al suelo cada vez que hay un asesinato y existía una orden de alejamiento, porque ello quiere decir que se podría haber evitado si ese plan estuviera en marcha", concluyó Arenas.

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