10 de septiembre de 2008

El hombre que maltrató a su esposa y a su hijo desde bebé admite su culpa /Logroño


El propio acusado se encargó de llevar a su esposa y a su hijo al Servicio de Urgencias.
El acuerdo alcanzado a propuesta de la Fiscalía contempla 30 meses de cárcel, 6.000 euros por daños morales y alejamiento durante cinco años
La juez del Penal número Dos ha impuesto una pena global de 30 meses de cárcel a un hombre que maltrató a su esposa desde el mismo día de la boda y a su hijo desde que era un bebé de sólo dos meses.
El encausado, que permanece en prisión desde el día del suceso, reconoció ayer la autoría de los hechos que se le imputan, en concreto un delito de violencia doméstica habitual y otro de lesiones, acciones por las que el ministerio público solicitaba en su escrito de calificación inicial una condena de cinco años y medio de prisión.
Pues bien, el acuerdo previo alcanzado a propuesta del fiscal, que zanjó el inicio y posterior desarrollo del juicio, pasa por reconocer su culpabilidad el acusado, que deberá cumplir 30 meses en prisión -21 por la violencia doméstica y otros 9 por las lesiones-; indemnizar con 6.000 euros a la mujer y a los hijos en concepto de daños morales y asumir una orden de alejamiento respecto de sus víctimas a más de 200 metros durante un periodo de cinco años.
La abogada de las víctimas explicó a este periódico que lo que más le importaba a su representada era el reconocimiento de los hechos por parte del acusado; es decir, que tanto ella como sus dos hijos habían sufrido unas vejaciones continuas y una violencia doméstica habitual, que nada tienen que ver con unos hechos aislados».
Añadía a todo esto, que su patrocinada había preferido aceptar la propuesta del ministerio público, que no de la defensa, «para evitar de ese modo que los hijos tuvieran que volver a vivir y revivir los hechos, teniendo que relatarlos una vez más».
Unos hechos que se remontan al pasado 1 de enero, noche en la que el acusado propinó una nueva paliza a su esposa y a su hijo mayor, que salió en auxilio de su madre. Fue a la vista de las lesiones que les había ocasionado, cuando el agresor optó por trasladarles al Servicio de Urgencias del 'San Pedro', no sin antes amenazarles con que no contaran nada de lo ocurrido.
Por sorpresa Aquella noche la esposa hablaba por teléfono con su cuñada, cuando el acusado le dijo que colgara. Por sorpresa le propinó primero un puñetazo en la cara y luego la agarró del cuello.
La mujer logró desasirse de su agresor y escapar hacia el rellano de la escalera con la idea de coger el ascensor, pero el marido la alcanzó y la introdujo de nuevo en la casa a la fuerza. En medio de un pánico enorme, la víctima logró escapar de nuevo y encerrarse en el baño, pero una vez más su marido volvió a sorprenderla.
Fue cuando el hijo mayor se interpuso para evitar que su madre recibiera nuevos golpes, circunstancia que ella aprovechó para refugiarse en la cocina. Aunque de poco sirvió, pues de nuevo el acusado volvió a agarrarla por el cuello.
En esta situación el hijo golpeó a su padre para que soltara a su madre, momento en que el agresor aprovechó para coger un cuchillo y perseguir al muchacho hasta el salón, donde cayó exhausto.
El acusado decidió llevarlos a Urgencias a tenor de las lesiones que presentaban madre e hijo, no sin antes dejarles bien claro que dijeran que se habían golpeado con una puerta. Así es como se manifestó la mujer ante la médico de guardia, pese a las dudas que ésta tenía sobre la forma de producirse las lesiones.
Pero cuando le llegó el turno al muchacho, confesó la verdad de lo ocurrido. Desde ese momento, a la mujer no le quedó más remedio que ratificar la versión de su hijo, pese al temor que le inspiraba su esposo.
J. L. D.

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