9 de septiembre de 2008

Intenta quemar a su ex mujer con un 'cóctel molotov'

El agresor, con orden de alejamiento, se entrega a la Guardia Civil en La Vila

Llegó a las 6.30 de la madrugada a la vivienda de su ex mujer con la finalidad de quemarla. Había fabricado una sencilla arma con sus propias manos: una botella de gasolina y unos trapos le bastaron. Un cóctel molotov que arrojó al balcón de la vivienda, en el número 2 de la calle de Barcelona en La Vila Joiosa. Cuando vio que varias prendas de ropa tendidas ardían, abandonó el lugar pensando que había cumplido su propósito, y minutos más tarde se presentó en las dependencias de la Guardia Civil para entregarse. Afortunadamente la mujer, M.G.G, de 50 años, pidió auxilio a los vecinos y pudo sofocar las llamas sin sufrir daños personales.

Juan Manuel D. O. tiene 54 años y ya había sido detenido en otras cuatro ocasiones anteriores por los mismos motivos: la violencia contra su ex pareja. De hecho, tenía una orden de alejamiento dictada por un juez de 500 metros de su pareja, según informaron ayer fuentes policiales. "Esta vez no lo he conseguido, pero a la próxima no fallaré", declaró a la Guardia Civil cuando le detuvieron, según fuentes de la investigación.

Durante la mañana, el presunto agresor fue trasladado al juzgado de instrucción número 1 de La Vila Joiosa, donde confesó los hechos. La juez encargó un examen forense que determinó que Juan Manuel era plenamente consciente de lo que había realizado. Posteriormente, se decretó el auto de prisión provisional comunicada y sin fianza, y fue trasladado a la prisión de Fontcalent (Alicante). El fiscal le acusa de un delito de tentativa de homicidio con quebrantamiento de la orden de alejamiento.

Los vecinos de la calle de Barcelona, ubicada en el Pati Fosc, en el ensanche de La Vila, explicaron que los malos tratos "eran constantes", pero ella "no denunció nada hasta hace poco". Tanto la Guardia Civil como la Policía Local de La Vila estaban al corriente de la situación de amenazas en la que vivía, por eso le habían concedido un teléfono de contacto directo para avisar en caso de que quebrantara la orden dictada por el juez. Algunos vecinos apuntan a que el presunto agresor tiene las facultades mentales perturbadas. La pareja tiene tres hijas en común que, según los vecinos, "se fueron yendo poco a poco por los malos tratos". La víctima estaba al cuidado de una de sus nietas, pero los servicios sociales le retiraron la custodia por el "peligro" de los malos tratos que le infligía su ex marido.

SERGI CASTILL
www.elpais.com:80

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