4 de septiembre de 2008

Denuncian grave situación en Jujuy, por el abuso sexual intrafamiliar hacia los niños/ Argentina


Roberto Pizzolini: “Consideramos que el abuso sexual intrafamiliar, en los chicos, es un hecho muy grave en la provincia”.
Nuestro medio dialogó en exclusiva con el Jefe del Departamento Provincial de Violencia Familiar, Roberto Pizzolini, quien nos informó acerca de la situación de Jujuy frente al abuso sexual intrafamiliar hacia los niños, afirmando que se trata de una situación muy grave en la provincia. También hizo alusión a las medidas a adoptar para prever y combatir la violencia en las familias, destacando que la mayoría de víctimas de agresiones físicas son los menores.
Pizzolini manifestó que “sabemos que, en el tema de violencia familiar, hemos encontrado una mejor toma de conciencia sobre el problema: la comunidad sabe a dónde recurrir, dónde pedir asesoramiento o hacer una consulta, y una de las puertas principales es el sector salud. Pensamos que el centro de salud, o el hospital cabecera, es el primer receptáculo de todos los corolarios de violencia”.
Por lo tanto, “el personal de salud en todo este tiempo ha sido capacitado: hay una educación continua, permanente, que el Departamento tiene como objetivo principal en todas las áreas programáticas sanitarias de la provincia. La instalación del programa es paulatina, pero se ha avanzado muchísimo”.
En este sentido, “hoy podemos decir que los servicios de salud tienen gente preparada para atender la demanda, aunque falta muchísimo por hacer, porque no todos tenemos la voluntad de trabajo en el problema, y no todos podemos enfrentar el tema de violencia”.
Respecto a años anteriores, “nosotros notamos un incremento en los casos denunciados en nuestros centros de asistencia a las víctimas, pero pensamos que eso se debe a la sensibilidad que tiene la comunidad, de conocer lugares que atienden a la víctima. No es porque haya habido aumento de violencia, sino porque ellos saben que tienen derechos, que tienen que defenderlos, y recurren a estos centros por esa misma razón”.
En cuanto al carácter de las víctimas, “generalmente hay una autoestima muy baja, y con una esperanza de salir del problema totalmente difícil: para ellos quizá prácticamente nula, porque hay una naturalización de la violencia entre ellos, que se comparte generalmente entre los grupos vulnerables. La mujer sabe que es objeto de violencia, y la que está vecina a su casa también sufre de violencia, y que su familia, su madre y su abuela también fueron objeto de violencia, y piensan que no tienen posibilidades de salir”.
Referido a los niños, “saben que tienen derechos pero no saben defenderlos, y muchas veces los adultos no nos hacemos responsables de hacer cumplimentar sus derechos, al contrario, por eso también están en situación de vulnerabilidad. A esto sumamos a los ancianos y a las personas con capacidades diferentes, grupos vulnerables de la sociedad que necesitan nuestra atención”.
En definitiva, “hoy tenemos que tener un ojo cínico, con sagacidad de saber ver lesiones, pero también donde no están lesiones visibles”.
esa base de datos se está dando progresivamente. Es muy difícil el registro de los casos, y seguimos con el mismo porcentaje del año pasado, que el 50% de las áreas remiten los casos que se presentan. Otros no han cumplimentado eso, porque no tienen aún la cultura del registro, y hay quienes no tienen el acompañamiento del resto de los agentes de salud en el hospital donde están”.
Al respecto, “hay grandes hospitales que aún no logran que la problemática de violencia familiar sea incorporada a su trabajo, porque es un problema de salud pública, porque no están acostumbrados a trabajar de esa manera.
Están más concentrados en la tecnología, en las patologías estrictamente médicas, y se olvidan de que la persona es un todo, y hay que mirarla con una mirada social, en el medio global en que vive”.
A esto agregó que “nosotros consideramos que cada centro de asistencia recibe dos o tres casos por día, la mayoría de los cuales son niños que son objeto de malos tratos físicos. Pero no podemos hacer una división, ya que lo psicológico siempre está presente en el maltrato físico, es decir que va a la par”.
En el caso de abuso sexual, “a pesar de estar en segundo lugar, detrás del maltrato físico, pensamos que debe estar en primer lugar. Porque el abuso sexual intrafamiliar es un abuso crónico, que se descubre tardíamente, y pasan años en los que la víctima sufre esta situación: se considera que por cada caso de abuso sexual, hay 10 que permanecen ocultos”.
Es por eso que “consideramos que el abuso sexual intrafamiliar, en los chicos, es un hecho muy grave en la provincia, y la prueba está en que se presentan incluso adolescentes y chicas adultas, a denunciar lo que anteriormente les pasaba”.

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