Pascual, el novio de Magdalena, la mujer que este lunes murió al saltar de la azotea de la Pensión Sandoval, ya disfruta de la libertad, aunque con la obligación de comparecer los días uno y quince de cada mes en los juzgados.
Este deber se justifica en el hecho de que la investigación sobre este caso aún no se ha dado por concluida.
La titular del Juzgado Exclusivo de Violencia sobre la Mujer número 1 de Murcia ha pedido que se investigue si este hombre podría haber inducido al suicidio a su compañera sentimental.
Momentos antes de precipitarse desde la azotea de la pensión donde residía con su novio, Magdalena y Pascual habían mantenido una fuerte discusión que fue confirmada, más tarde, por diversos testigos y que, en un primer momento, fue negada por el varón en su declaración ante los agentes del Cuerpo Nacional de Policía.
La víctima había denunciado en múltiples ocasiones a su compañero sentimental del que la había separado, incluso, una orden de alejamiento ya no vigente. Las pruebas policiales y forenses descartaron que se tratara de un homicidio.
La inducción al suicidio es un delito que consiste en ejercer una influencia física o mental sobre la víctima para conseguir que en un momento dado ésta cometa suicidio. Sus penas oscilan entre los cuatro y ocho años de prisión.
A. NEGRE
www.laverdad.es
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