23 de septiembre de 2008

Bachillerato de género

El nuevo currículo asturiano de los estudios de Secundaria incide en educar en igualdad y contra la discriminación

El nuevo Bachillerato, hijo de la LOE, que comenzaron a estudiar la semana pasada los alumnos de primer curso en Asturias, responde a una de las grandes preocupaciones de la sociedad, la desigualdad de género y las situaciones de discriminación y violencia que en ocasiones comporta. En el currículo de Bachillerato en el que se concretan los objetivos, las orientaciones a alumnos y profesorado, la metodología a seguir y los criterios de evaluación se incide casi machaconamente en «cuidar los valores de igualdad». No hay una sola asignatura que se libre de esa filosofía general que inunda el texto de la Consejería de Educación.

En la introducción a la asignatura de Historia de España se mencionan «los distintos papeles asignados a hombres y mujeres en diferentes épocas históricas, considerando la contribución de ambos al devenir de la sociedad, con el fin de superar visiones parciales de la Historia y contribuir a la consecución de igualdad efectiva entre hombres y mujeres». El programa de Historia es realmente amplio. Así, grosso modo, va desde el legado del Imperio romano al Estatuto de Autonomía del Principado de Asturias. Durante el franquismo, uno de los objetivos de la asignatura es «identificar y valorar la represión y la situación de discriminación de las mujeres».

Durante la II República se prestará «especial atención a la irrupción de las mujeres en la vida social y política» españolas, y durante la transición política se estudia el movimiento feminista. La nueva asignatura de Ciencias del Mundo Contemporáneo entra de lleno en el asunto. En la introducción de la materia se señala que «en aplicación del principio de igualdad efectiva entre hombres y mujeres, se pretende la superación de estereotipos, prejuicios y discriminaciones, así como visualizar la labor y aportación de las mujeres a lo largo de los tiempos».

A la hora de evaluar el profesor de Ciencias del Mundo Contemporáneo tendrá muy presente si el alumno o la alumna «analiza la influencia del contexto social para la aceptación o rechazo de determinadas explicaciones científicas (...) entre otras la utilización de criterios biológicos como justificación de discriminaciones entre hombres y mujeres». Incluso en materias de modalidad como la Historia de la Música y de la Danza, cuyo programa empieza por los trovadores y acaba en el flamenco, los alumnos deberán «analizar críticamente las dificultades para el acceso a la creación musical que han sufrido las mujeres a lo largo de la Historia».

Desarrollar el aprecio por los valores de igualdad y principios democráticos. Es una frase que se repite varias veces en el texto del currículo del nuevo Bachillerato. Otra que aparece por doquier es la de «superar los estereotipos, prejuicios y discriminaciones». Los mensajes se multiplican en el programa de la Lengua y Literatura.

En las vanguardias del siglo XX se incide en «la lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y autores y autoras representativas de esta ideología». En el Siglo de las Luces habrá atención «a la imagen de las mujeres a través de los personajes femeninos». En la literatura del Renacimiento se aborda «la idea de la feminidad y la discriminación de las mujeres», y en la época medieval «los personajes femeninos y la desigualdad entre hombres y mujeres».

El programa da para eso y para mucho más porque comienza en la literatura bíblica y acaba, poco más o menos, con el teatro del absurdo. Dentro de las orientaciones de la asignatura leemos: «El alumno debe adquirir la capacidad crítica necesaria para valorar el trasfondo estético, ideológico o cultural que acompaña a un texto literario y producir una respuesta adecuada, mostrando una actitud crítica ante prejuicios y estereotipos de cualquier clase, especialmente los referidos a la desigualdad entre hombres y mujeres».

El programa de la materia «pretende... visualizar la labor y aportaciones de las mujeres a lo largo de los tiempos». En Filosofía y Ciudadanía el objetivo fundamental es «adoptar una actitud crítica ante todo intento de justificación de desigualdad y ante la discriminación por sexo, etnia, cultura o creencia».

La asignatura, que en cierto modo es continuación de la Educación para la Ciudadanía busca métodos «para fomentar y practicar valores tales como la igualdad de sexos». Si con todo ello los chavales no salen con las ideas claras, habrá que convenir que no es por culpa del programa.

E. G.
www.lne.es

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