17 de septiembre de 2008

El TSJ condena a la Junta a indemnizar a una funcionaria por acoso laboral

La afectada, que pese a la sentencia firme sigue siendo víctima de 'mobbing', reclamará entre 30.000 y 150.000 euros por daños

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha condenado a la Junta, en sentencia firme, a indemnizar a una funcionaria del Servicio Territorial de Agricultura de Palencia por acoso laboral. El fallo judicial ratifica así la resolución del Contencioso-Administrativo número 2 de Valladolid del día 11 de octubre que la Administración regional había recurrido. El TSJ dicta una contundente sentencia en la que establece que se trata de un caso de 'mobbing' durante años, habitual, intencionado, con abuso de autoridad y con el objetivo de destruir a esta trabajadora de la Delegación Territorial de Palencia.

Además, y pese a la petición de ejecución del primer fallo de forma provisional y de esta firme sentencia del pasado día 18 de julio, la funcionaria ha seguido siendo víctima del maltrato psicológico, según destaca la propia afectada y la letrada que ha defendido su caso, Eva Victoria Benito.

El TSJ ordena a la Junta que devuelva sus funciones laborales a la empleada y que le pague daños y perjuicios. La cuantificación de esta indemnización depende ahora de la valoración judicial de las secuelas de la trabajadora, de las pérdidas económicas que han supuesto las bajas laborales a las que su estado emocional le ha llevado y a valorar los daños morales. La abogada, que destaca que es «una sentencia muy valiente y clara», reclamará entre 30.000 y 150.000 euros al tratarse de una «infracción laboral gravísima».

El diagnóstico de los informes médicos y psicológicos habla de un cuadro ansioso depresivo con un trastorno adaptativo. Unos problemas, explica la letrada, que según se ha visto en el juicio, son «posteriores al acoso y consecuencia del mismo». El calvario de Milagros comenzó desde que se incorporó en 1996 por concurso de méritos a la plaza de Jefe de Negociado del Servicio de Agricultura de Palencia, y no ha cesado hasta este mismo lunes, fecha en que ha abandonado tal lugar de trabajo al participar en un concurso de traslados que le ha permitido liberarse de ese hostil ambiente.

Humillaciones, hostigamiento, persecución, tareas absurdas, aislamiento social, burlas, vejaciones, falta de asignación de funciones arrebatadas en enero del 2005, denegación de cursos de perfeccionamiento, de certificados laborales, amenazas... han sido durante estos años el día a día de Milagros. Incluso cuando comenzó a defenderse contra el acoso dirigiéndose al Procurador del Común, que le dio la razón, lo pagó con un expediente que recogía hechos ya prescritos o que no constituían infracción, por lo que fue archivado, pero que supuso un ataque más a la dignidad y prestigio de la víctima. Los jefes del Servicio, de la Unidad y el territorial impusieron unos criterios contra la víctima que apoyaron otros trabajadores e, incluso, destaca la afectada, al dirigirse a la Junta de Personal, de UGT, el delegado de riesgos laborales, declaró en el juicio en contra.

ANA SANTIAGO
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